El hambre obliga a muchas a vender su cuerpo por comida

En los áridos paisajes del Sahel, donde las sequías se alternan con lluvias torrenciales y el viento arrastra el polvo de los cultivos fallidos, los niños y niñas de la región se ven obligados a cargar con una herencia climática que ninguno de ellos eligió y que, sobre todo, es difícil cambiar. «El cambio climático aquí no es un concepto abstracto. Es hambre, es abandono escolar, es matrimonio forzoso. Y lo sufren sobre todo los niños y adolescentes», alerta Stefano Fino, portavoz la oenegé Plan International, una entidad con presencia en 85 países que acaba de publicar un informe sobre cómo el cambio climático está afectando a la vida de los infantes en países como Burkina Faso, Camerún, Chad, Gambia, Guinea, Mauritania, Mali, Níger, Nigeria y Senegal.

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