La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, planteó el pasado jueves a los líderes reunidos en el Consejo Europeo, la posibilidad de poner en marcha una institución alternativa a la Organización Mundial del Comercio (OMC), sin Estados Unidos, para reforzar los lazos comerciales con socios alternativos.
La Unión Europea “está abierta a los negocios”. Esta ha sido siempre la política de Bruselas, pero todavía más desde que el presidente Donald Trump iniciara una guerra comercial global. Ante la falta de avances en las negociaciones con Washington, también para reformar la OMC, el Ejecutivo comunitario explora vías alternativas. El objetivo es “enseñarle al mundo que puede haber comercio libre entre un amplio número de países, basado en reglas”, aseguró von der Leyen la madrugada del viernes en rueda de prensa.
Von der Leyen plantea establecer una cooperación estructurada con los países del Acuerdo Amplio y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP, por sus siglas en inglés), que incluye a Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, el Reino Unido, Singapur y Vietnam. Estos países, con los que la UE mantiene estrechas relaciones comerciales en gran medida, habrían mostrado su interés.
La presidenta de la Comisión entiende que podría servir como un comienzo “para rediseñar la OMC”, pero sin cometer los mismos errores del pasado. ¿Sin Estados Unidos? “Bueno, primero la Unión Europea y los países de la CPTPP tienen que organizarse”, matizó von der Leyen, añadiendo que de hecho, Estados Unidos abandonó esa organización. Fue precisamente Trump quien decidió retirarse del acuerdo que establecía la institución, antes incluso de que esta comenzara a funcionar.
Diversificación
El ejecutivo comunitario no renuncia a una reforma de la OMC compatible con el funcionamiento actual de los mercados. El comisario de comercio, Maros Sefcovic, ha hablado por teléfono este viernes con la directora general de la organización Ngozi Okonjo-Iweala. Tras esa reunión, Sefcovic ha insistido en que la UE trabaja con socios afines para impulsar la institución y el comercio basado en reglas.
Pero desde que comenzó la guerra comercial con Estados Unidos, la UE ha apostado por cuatro estrategias principales: la negociación, la respuesta en forma de represalias, las acciones legales y la diversificación. El bloque “no depende de un solo mercado”, ha defendido en el pasado Sefcovic, insistiendo en que dadas las circunstancias, Bruselas aprovechará para “diversificar nuestros acuerdos comerciales por todo el mundo». En este contexto, se entiende mejor la estrategia de la Comisión.
Una alta fuente comunitaria aseguraba que eliminar barreras “está en nuestro ADN», e insistía en que «si hay alguien que sabe cómo hacer tratos y cómo hacer buenos tratos, somos nosotros». Por eso, Bruselas trata de acelerar las negociaciones con vistas a ratificar el acuerdo con los países del Mercosur lo antes posible, cerrar un tratado de libre comercio con India antes de que acabe el año, y abordar las barreras arancelarias que impone China durante una cumbre el próximo mes de julio.
Negociaciones con EEUU
En paralelo, Bruselas continúa negociando con Washington. Tras la reunión del Consejo Europeo, von der Leyen confirmó que había recibido una última oferta de EEUU que el Ejecutivo comunitario estaba evaluando. “Nuestro mensaje hoy es claro”, ha dicho la presidenta de la Comisión, “estamos dispuestos a llegar a un acuerdo”.
Sin embargo, la UE se prepara para un escenario en el que esto no sea posible, con una lista de productos a los que incrementar los aranceles a modo de represalia, por valor de 95.000 millones de euros en importaciones. “Defenderemos el interés europeo por encima de todo”, ha dicho von der Leyen, “todas las opciones siguen sobre la mesa”.
Este viernes, Sefcovic se ha reunido por videoconferencia con el secretario de Estado para el comercio, Jamieson Greer. El comisario ha asegurado que las partes continúan intensificando el trabajo para lograr un acuerdo y ha agradecido a Greer la “constructiva” reunión, en una publicación en redes sociales. Aunque Estados Unidos ha abierto la puerta a ampliar el plazo, en principio, la tregua comercial concluye el próximo 9 de julio.
Acuerdo rápido
Los veintisiete coinciden en la necesidad de lograr un acuerdo lo más rápido posible. El canciller alemán, Friedrich Merz, dijo tras la cumbre el jueves que no hay tiempo para un “tratado sofisticado” pero advirtió de que algunos sectores estratégicos de la economía alemana como el acero o los coches están “en riesgo”. Por eso Merz ha abogado por trabajar para cerrar un acuerdo “rápido y sencillo”.
El presidente francés, Emmanuel Macron, pidió evitar que las negociaciones “duren eternamente” y cerrar cuanto antes un acuerdo, pero “no a cualquier precio». En este sentido, Macron ha advertido de que si la UE acepta un incremento de los aranceles del 10%, ese mismo porcentaje debería aplicarse también a las importaciones desde Estados Unidos. «Un acuerdo siempre es mejor que un conflicto y cero aranceles -lo que ofrece la UE a Washington- mejor que cualquier arancel”, sentenció el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa.