La familia Campos vuelve a estar en el centro del foco mediático, esta vez por una situación protagonizada por Alejandra Rubio. La joven ha generado una gran controversia tras aparecer en unos vídeos grabados frente a una prisión en Turín, acompañada por su pareja, Carlo Costanzia. En las imágenes, ambos felicitaban a los hermanos de él, quienes se encuentran en la cárcel acusados de intento de asesinato.
Esta iniciativa, lejos de pasar desapercibida, ha sido ampliamente debatida en los platós de Telecinco. Una de las reacciones más llamativas ha sido la del presentador Joaquín Prat, quien no dudó en criticar públicamente la actitud de Alejandra, no tanto por el contenido del vídeo, sino por su forma de responder cuando se le preguntó por ello.
Joaquín Prat en ‘Vamos a ver’.
Y es que Rubio declaró que «lo ha colgado Carlo, ha sido su decisión, es su forma de reivindicar que no le parece bien todo lo que está pasando», y añadió sin rodeos que «me importa un pimiento lo que me digáis«. Estas palabras no sentaron bien a Prat, que desde el programa ‘Vamos a ver’ lanzó una severa advertencia en directo: «Te tienes que ubicar ya».
En medio de esta tormenta mediática, ha sido Terelu Campos quien ha decidido romper su silencio. Durante su participación en ‘¡De viernes!’, la colaboradora habló por primera vez del tema que ha puesto a su hija en el centro del huracán. Aunque dejó claro que no guarda ningún tipo de rencor hacia Joaquín Prat. «Le mando un beso, le tengo especial aprecio», aseguró, aunque sí quiso marcar distancia respecto a la postura de Alejandra.
Terelu Campos, en ‘¡De Viernes!’
La excolaboradora de Sálvame fue clara: «A mí no me pertenece«, dijo en referencia a las decisiones que está tomando su hija en este asunto. Terelu también evitó mojarse cuando se le preguntó si creía que Alejandra había cometido un error, afirmando que no tenía intención de responder a eso. Sin embargo, dejó caer una frase que muchos interpretan como una crítica: «Quién me conoce sabe lo que me parece».
Lee también
Finalmente, Terelu justificó su prudencia apelando a su instinto maternal: su prioridad, aseguró, es no contribuir al daño mediático que pueda recibir su hija, subrayando que no va a formar parte de ningún discurso que la exponga aún más: «No quiero colaborar para que alguien le haga más daño públicamente».
