La selección española sub-19 femenina de fútbol conquistó su cuarta Eurocopa consecutiva (séprima en total) tras imponerse con autoridad a Francia (0-4) en la final al ritmo de Cristina Librán, Daniela Agote, Clara Serrajordi y Noemí Bejarano, autoras de los tantos del equipo dirigido por Javier Lerga.
Nadie puede con las chicas de la sub-19 de España. Por lo menos en la Eurocopa, competición de la que no se bajan de la primera posición desde la edición de 2022 disputada en la República Checa. En aquella ocasión superaron a Noruega y a ese título le siguieron los que alzó el combinado español en Bélgica 2023 y en Lituania 2024.
Las estadísticas son aún más espectaculares si se mira por el retrovisor más atrás en el tiempo porque desde 2017 España lo ha ganado casi todo: seis títulos de siete con la excepción del que ganó Francia en 2019.
Y precisamente, era Francia de nuevo la selección que podía arrebatar a las jugadoras dirigidas por Lerga una hegemonía casi total en la última década. Se presentó a la cita como el equipo más peligroso y capacitado para derrotar a España con un dato demoledor: era el más goleador del torneo con 15 tantos. Se enfrentaba al menos goleado, España, que apenas había encajado un tanto.
Para contrarrestar las armas del combinado galo, Lerga apostó por retocar su alineación con cuatro cambios respecto a las semifinales ante Italia. Salieron del once Emma Moreno, Daniela Arqués, Ainoa Gómez y Celia Segura; por contra, entraron Noemí, Irune Dorado, Cris Librán y Daniela Agote.
Precisamente, las dos últimas fueron las grandes protagonistas del acto inicial. España, muy bien plantada sobre el césped desde el inicio, dominó el partido casi de principio a fin. Y, antes del descanso, encarriló su victoria. Primero, con un zapatazo de Librán desde fuera del área; y, segundo, con un mano a mano que no desperdició Agote tras un pase filtrado por Clara Serrajordi.
Francia, noqueada, no pudo reaccionar en el segundo periodo. España mantuvo su dominio e incluso alargó su ventaja con un gol de carambola de Serrajordi y con un gran derechazo de Noemí con el que remató el título. El 0-4 final fue el premio a una victoria incontestable que dio a España su séptima Eurocopa, la cuarta consecutiva, y con la que mostró una hegemonía continental que, de momento, nadie cuestiona.
