Hace apenas dos años parecía que Izan Almansa iba a ser la
futura gran estrella del baloncesto español. Venía de brillar en el verano de
2022 en el Mundial sub-17, donde había sido elegido MVP, pese a que España
había perdido en la final con Estados Unidos, y de conquistar, también como
mejor jugador el Eurobasket sub-18. El 2 de julio de 2023 llevaba a España a
ganar el Mundial sub-19 y su nombre se colocaba en letras de oro en las
quinielas de futuro.
Criado en Estados Unidos, en lugar de enrolarse en una universidad,
se fue a jugar la Liga de Desarrollo de la NBA formando parte del G League
Ignite y promediando 11,7 puntos y 7’2 rebotes, pero no quiso presentarse al
Draft 2024 y se fue a Australia. Allí su carrera ha ido cuesta abajo y no ha
gozado apenas de oportunidades. Para colmo, días antes del Draft 2025, al que,
si se presentó, se conoció su positivo por cannabis en un control y la sanción
de 1 mes que le impuso su equipo el Perth Wildcats. Llegó a estar muy alto en las quinielas, incluso entre los 10 primeros hace tiempo, pero ni siquiera ha sido seleccionado entre los 59 jugadores que han escogido las franquicias de la NBA.
Izan Almansa en un entrenamiento con la selección española de baloncesto
Eso sí, aún le queda una bala en la recámara porque va a
firmar un contrato Exhibition 10 con los Philadelphia 76ers. Este contrato, de
un año de duración y no garantizado, consiste en un acuerdo para probar a un
jugador en pretemporada y, en caso de convencer a la franquicia, pasaría a
negociar un contrato dual (conocido como two-way, y que provoca que un jugador
alterne una franquicia NBA con un equipo en la G-League). Comenzará sus pruebas
en las ligas de verano con el objetivo de demostrar que aquel adolescente que
enamoraba hace apenas dos años sigue siendo un proyecto de estrella.