Tres personas declaran este viernes ante el magistrado del juzgado de instrucción 4 de Ávila, que investiga la presunta trama de sexo y corrupción de Ana Julia Quezada con trabajadores de la cárcel de Brieva. El primero de ellos, el cocinero que habría realizado favores a la asesina del niño Gabriel a cambio de tener relaciones sexuales con ella, está citado como investigado. Después de él declararán dos testigos importantes para esclarecer el caso.
Por un lado, responderá a las preguntas del juez y de las partes personadas la novia de Ana Julia, la joven catalana que reveló, en sus conversaciones con un tarotista, que la asesina tenía un teléfono móvil en su celda y gozaba de otros privilegios.
Luego, llegará el turno para un educador de la cárcel. Él fue la primera persona que se entrevistó con Ana Julia hace un año, en el módulo azul de la prisión, y recabó la versión de la asesina después de que la madre de Gabriel, Patricia Ramírez, denunciara lo que estaba ocurriendo tras los muros del centro penitenciario.
Según consta en la documentacion del caso, a la que ha accedido el canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica, en julio de 2024, Ana Julia se reunió con ese educador y afirmó que había mantenido sexo con el funcionario ahora investigado. La asesina aseguró que había grabado algunos de esos encuentros íntimos con un teléfono que el propio funcionario le había metido dentro de prisión y amenazó con sacarlos a la luz.
«Lo tiene su pareja»
El resumen de la entrevista entre Ana Julia y el educador quedó reflejado en un informe que la directora de la cárcel de Brieva (Ávila) envió a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias el 26 de julio de 2024 para comunicar «datos de especial relevancia» sobre la «interna FIES Ana Julia Quezada Cruz».
El informe recoge que «El educador del módulo azul me informa de que tras la conversación que ha mantenido con la interna esta manifiesta tener un móvil con una serie de grabaciones, entre ellas, hay unas imágenes de vídeo en las que aparece el funcionario Santiago en ropa interior en su celda. Según ella, este dispositivo se lo proporcionó el funcionario don Santiago».
La directora del centro peniteniario advierte en su escrito a sus superiores que «el móvil con las supuestas grabaciones lo tiene su pareja (de Ana Julia) y chantajea con sacarlas a la luz amenazando, según palabras textuales, con hundir al centro y a su dirección porque ella ya lo tiene todo perdido«.
La avisaba de los cacheos
Añade que «la interna asegura que ese funcionario la avisaba cuando se le iba a realizar un cacheo para que le entregara el móvil y guardárselo él, con el objetivo de imposibilitar su detección durante el registro» y que «don Santiago en alguna ocasión incluso se ha llevado el móvil a su domicilio para escondérselo«.
La directora de la cárcel asegura en su informe: «la interna refiere también que el funcionario entregó el dispositivo a su pareja debido a que él no lo quería tener más tiempo en su domicilio porque tenía miedo de que se lo encontrara su mujer. Para ello quedó con la pareja de Ana Julia en la calle coincidiendo con una de sus visitas a Ávila para celebrar vis-vis con la interna«.
Concluye que «la interna acusa al funcionario de supuesta violación porque ha mantenido relaciones sexuales con ella aprovechándose de su poder y de la superioridad por su condición de funcionario público».
«Todo esto se debe a un plan que ella tiene con su novia para intentar conseguir un traslado de prisión. Ana Julia dice que lo tiene todo perdido y que si no consigue lo que quiere la va a liar», declaró a la Guardia Civil una compañera de cárcel de la asesina
El educador tendrá que ratificar ante el juez lo que ya contó a la directora de la cárcel de Brieva y detallar en qué consistió el presunto «chantaje» de Ana Julia a la dirección del centro penitenciario, qué pretendía obtener la asesina de Gabriel a cambio de no hacer públicos los supuestos vídeos sexuales con el funcionario investigado.
«Un plan con su novia»
Una compañera de módulo de Ana Julia ya apuntó, en su declaración ante la Guardia Civil, cuál podría ser el objetivo de la asesina. La reclusa, que cumple condena en Brieva desde hace seis años, explicó que Ana Julia «me ha contado a mí y a otras muchas presas que mantiene relaciones sexuales con el funcionario Santiago y con un cocinero llamado Antonio».
La mujer apuntó que «otras presas que ya no están aquí también coincidieron diciendo que habían mantenido relaciones sexuales con Santiago. Una de ellas , tras acusar públicamente a Santiago, fue trasladada de prisión«.
Eso, un traslado a otro centro penitenciario es lo que, según esta reclusa, perseguía Ana Julia: «Todo esto se debe a un plan que ella tiene con su novia para intentar conseguir un traslado de prisión. Ana Julia dice que lo tiene todo perdido y que si no consigue lo que quiere la va a liar. Ha contado que tiene un dispositivo USB en el que tendría guardadas fotos y vídeos de supuestas relaciones con los funcionarios. El dispositivo lo tendría guardado su novia. Ana Julia contó esto a otra presa con la intención de que esta lo trasladase a la directora de la prisión, ya que entre las presas se sabe cuál es la que le va a contar todos los cotilleos a la dirección del centro».
