La ausencia de sueño o pasar por una etapa emocional complicada pueden llevar a niños y a adultos a tener alucinaciones. Un fenómeno que suele producirse en una momento muy breve de nuestras vidas y que puede esta incentivado por estrés o por haber sufrido un hecho traumático.
Alucinaciones benignas
El psicólogo Álvaro Bilbao ha avisado de que aunque es normal que en alguna ocasión pensemos que un familiar nos ha hablado y no lo ha hecho, también ha explicado los signos de alarma que deben tener en cuenta los padres. » Si nada más despertar notas que tu hijo o hija escucha voces en casa o incluso ve cosas que no están ahí, como un dinosaurio por ejemplo, eso pueden ser alucinaciones hipnopómpicas», ha explicado en Instagram.
«Si por la noche justo antes de dormirse te hace un comentario como… ¿Has dicho algo mamá? ¿Y tú no has dicho nada? Eso pueden ser alucinaciones hipnagógicas. Y estos dos tipos de alucinaciones son benignas, no tienen por qué asustarte», ha afirmado. «Están asociadas a la transición entre el sueño y la vigilia y son comunes en la infancia, aunque asustan mucho», ha añadido.
Pero sí «hay que pedir ayuda a un profesional» cuando «ocurren en distintos momentos del día, no solo al despertar o dormirse, le hablan directamente a tu hijo, transmiten mensajes negativos, o provienen de objetos inanimados como la televisión apagada, el aire acondicionado» o los juguetes. «En estos casos sí que es importante que acudas al pediatra lo antes posible porque una intervención temprana puede mejorar mucho el pronóstico y evitaros más de un susto», ha finalizado.
Señales de alarma
- Alucinaciones en distintos momentos del día
- Las voces se dirigen al niño o la niña
- Los mensajes son despectivos o amenazantes
- Las voces salen de objetos o lugares concretos