La Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) ha afirmado este miércoles que el programa nuclear de Irán ha sufrido «graves daños» por los ataques de la semana pasada contra las instalaciones nucleares de Fordow, Natanz e Isfahán, después de que se haya filtrado un informe preliminar elaborado por el Pentágono rebajando la efectividad de la operación estadounidense.
«Datos de inteligencia fiables indican que el programa nuclear de Irán ha sufrido graves daños como consecuencia de los recientes ataques selectivos», ha asegurado el director de la agencia de inteligencia estadounidense, John Ratcliffe, en un comunicado. Según el jefe de la CIA, que cita «una fuente o método históricamente fiable y preciso», «varias instalaciones nucleares iraníes clave han sido destruidas y tendrán que ser reconstruidas a lo largo de varios años».
Por su parte, la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, ha asegurado que «nuevas informaciones de inteligencia confirman lo que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha declarado numerosas veces: Las instalaciones nucleares de Irán han sido destruidas«. «Si los iraníes decidieran reconstruirlas, tendrían que reconstruir las tres instalaciones por completo, lo que probablemente llevaría años», ha asegurado.
Además, ha atacado, en líneas similares a Trump, a «los medios de propaganda«, en referencia a ‘The New York Times’ y la CNN, que difundieron el informe, de «publicar selectivamente partes de evaluaciones de inteligencia clasificadas filtradas ilegalmente para tratar de socavar el liderazgo decisivo del presidente Trump».
Ratcliffe y Gabbard han salido así al paso en el contexto del debate sobre el verdadero impacto de los bombardeos sobre las instalaciones nucleares iraníes, después de la filtración de una primera evaluación de Inteligencia que apunta a que los daños causados contra éstas serían menores de los esperados.
La Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) enfatizó el miércoles en un comunicado que sus hallazgos no eran concluyentes y que aún no habían podido revisar los sitios físicos, lo que daría «una mejor indicación». Por el momento, el Pentágono ha informado de que ha abierto una investigación conjunta con la Policía Federal (FBI) por la supuesta filtración.