Ilia Topuria, el campeón invicto que ha puesto a temblar la división pluma de la UFC, se enfrenta ahora a una nueva dimensión del desafío: Charles Oliveira. El brasileño, ex monarca del peso ligero y leyenda del jiu-jitsu en las artes marciales mixtas, representa algo más que un rival de talla. Es la puerta de entrada a una división cargada de historia, talento y peligro. Y Topuria, con su estilo contundente y confianza a prueba de dudas, ha decidido cruzarla.
El combate, programado para la madrugada del sábado al domingo en torno a las 4:30, promete ser más que una simple pelea entre nombres conocidos. Para Topuria, supone una declaración de intenciones: su ambición no se conforma con dominar una división, quiere conquistar territorios nuevos, imponer su ley entre los más pesados, y hacerlo sin renunciar a su invicto. Esa presión añadida, la de defender un 0 en el casillero de derrotas, convierte cada paso en una danza con el riesgo.
Ilia Topuria se enfrenta a Charles Oliveira en UFC 317. / UFC
Del otro lado, Oliveira no es un cualquiera. El hombre que ostenta el récord de finalizaciones en la historia de la UFC ha pasado por todas las etapas posibles: la promesa, el derrumbe, el resurgir y el reinado. Su estilo agresivo, su resistencia y su capacidad de contraatacar, lo convierten en el peor tipo de examen para un aspirante con hambre. Más aún si ese aspirante viene de una división más ligera.
El factor físico también jugará su rol. Topuria ha demostrado una potencia extraordinaria en las 145 libras, pero el peso ligero es otro terreno. Más alcance, más presión, más aguante. Y Oliveira, que ha batallado con algunos de los nombres más temibles del deporte, sabrá utilizar cada centímetro y cada gramo a su favor. La incógnita es si el hispano-georgiano podrá replicar su dominio ante oponentes que no solo aguantan más, sino que también golpean con mayor peso.
En busca de ampliar su legado
Ilia Topuria no ha perdido una sola pelea desde que pisó por primera vez el octágono de UFC en octubre de 2020. Ocho combates, ocho victorias, y una evolución constante que ha hecho del hispano-georgiano mucho más que una promesa: es una realidad consolidada, un campeón, y ahora, una figura dispuesta a escribir su nombre en los libros de historia del deporte.
Su debut llegó con apenas días de aviso, ante Youssef Zalal, y aun así se impuso con solvencia por decisión unánime. Fue una carta de presentación sin fuegos artificiales, pero con el mensaje claro de que había llegado para quedarse. Luego vino Damon Jackson, y allí sí dejó una advertencia contundente: nocaut en el primer asalto, potencia pura. El radar empezó a moverse.
A partir de ahí, Topuria tomó impulso. En UFC 264 noqueó a Ryan Hall en el primer round, y en Londres, en marzo de 2022, noqueó brutalmente a Jai Herbert tras sobrevivir una mano peligrosa en el primer asalto. Demostró temple, quijada y dinamita. En diciembre de ese mismo año, sumó una victoria aún más significativa: sometió a Bryce Mitchell, un invicto hasta entonces, con una guillotina precisa. Ya no era solo un striker con manos pesadas, era un peleador completo.
El gran punto de madurez llegó en junio de 2023, cuando protagonizó su primer main event ante Josh Emmett. Fue una clase magistral durante cinco asaltos: técnica, control del ritmo, inteligencia táctica. Victoria por decisión unánime. Topuria ya estaba listo para el oro.
Y lo consiguió. El 18 de febrero de 2024 noqueó al campeón Alexander Volkanovski en el segundo asalto en UFC 298, con una Alicante volcada con su Topuria en un Centro de Tecnificación repleto a altas horas de la madrugada. Un golpe demoledor que puso fin al reinado del australiano y coronó a Ilia como nuevo rey del peso pluma. Pero no se detuvo ahí. En UFC 308, el 26 de octubre, defendió el título con éxito ante una leyenda como Max Holloway. Lo noqueó en el tercer asalto, en otra actuación que mezcló paciencia con precisión.

Ilia Topuria, tras plocramarse campeón ante Volkanovski. / AP
Cada paso de Topuria en la UFC ha sido parte de una narrativa mayor: la del invicto que no solo gana, sino que lo hace de forma categórica. Ahora, con dos victorias ante excampeones y el cinturón en la cintura, busca seguir elevando su legado. Y el reto siguiente, Charles Oliveira, podría ser su capítulo más arriesgado.