Desde que era pequeña y acompañaba a su padrastro también fontanero en la empresa familiar, Jennifer López tenía claro que lo suyo era la fontanería. «Me llama mucho más soldar o limpiar tuberías que estudiar», cuenta. Una profesión que le hace vivir situaciones machistas y de acoso diariamente.
Jennifer asegura que se ha enfrentado a varios hombres que intentan ligar con ella mientras trabaja y en muchas ocasiones necesita ir acompañada de un compañero para que esto no se produzca. «Me miran y se piensan que no sé hacerlo», se queja.
A sus 26 años lleva más de 11 de experiencia en el mundillo y denuncia que a día de hoy dedicarse a un oficio como la fontanería significa aguantar prejuicios, acoso y faltas de respeto constantes.
Por suerte, sus compañeros hombres la defienden y la apoyan ante estas situaciones machistas a las que se enfrenta día a día por ser mujer y fontanera.