El Parc de la Mar ha vuelto a arder esta noche con el tradicional ‘correfoc’ de Sant Joan. Además de las playas, miles de personas han abarrotado también el recinto junto a la Seu para celebrar la noche más corta del año, aunque esta vez con una afluencia algo más contenida que otros años, en parte porque mañana no es festivo en Palma. Aun así, el ritual de fuego, música y reivindicación vecinal ha vuelto a convertir este espacio en el epicentro de la verbena.
La cita ha comenzado con los más pequeños: el ‘correfoc’ infantil ha servido como primer aviso del infierno de fuego y chispas que vendría después. Niños y niñas han bailado bajo la atenta mirada de sus familias, que han aprovechado para hacer fotos y dejarse contagiar por el ambiente. Mientras tanto, los miembros de la Federación de Vecinos, junto a los de la Obra Cultural Balear, han encendido un ‘fogueró’ en el centro del parque con la Flama de la Llengua.
Después ha llegado el turno del ball de bot, de la mano del grupo Al-Mayurqa. Los corrillos de bailarines han demostrado mucha destreza con los boleros, fandangos, jotas y mateixes al son de la música tradicional mallorquina. El baile, además de animar a los vecinos, ha llamado la atención de muchos turistas, que se han parado a mirar y grabar con sus móviles la escena.
El precio de la vivienda y la guerra, también presentes
Sobre las diez de la noche, la presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Palma, Maribel Alcázar, ha tomado la palabra para dar el pregón, un manifiesto cargado de ironías y una mirada crítica sobre los problemas que sufren los palmesanos. Entre bromas sobre las obras del Paseo Marítimo o la masificación turística, Alcázar ha aprovechado para lanzar mensajes sobre el precio de la vivienda y la emergencia habitacional, la expulsión de los residentes de sus barrios, el encarecimiento de la vida o la precariedad. «Esta ciudad es para vivir, no para sobrevivir», ha clamado la presidenta entre aplausos del público: «Muchas personas en Palma no llegan al salario mínimo y tienen que irse. Buena parte de esa pobreza no hace ruido, viven en soledad y silencio».
También ha recordado los conflictos bélicos en el mundo: «El fuego que hacemos aquí es para celebrar, para encender sonrisas, no para hacer la guerra, como desgraciadamente está pasando». Además, ha otorgado un reconocimiento a Iguana Teatre, la compañía que encendió el primer ‘correfoc’ en el Parc de la Mar en el año 1988, por sus 40 años de trayectoria. Mientras tanto, en la zona de bar, gestionada por los voluntarios de las asociaciones de vecinos, no paraban de servir refrescos, hamburguesas y perritos calientes para cenar.
El momento más esperado de la noche ha llegado con el ‘correfoc’, pasadas las 22:30 horas. Decenas de ‘dimonis’ han atravesado las puertas del Parc de la Mar como si fueran de otro mundo, acompañados por un estallido de fuego, humo y al ritmo de las batucadas que anunciaban su llegada. El público, expectante, se ha arremolinado en los márgenes del recorrido: algunos grababan todo con sus móviles, otros vivían el espectáculo bailando sin parar, y alguno se atrevía a meterse bajo el fuego para bailar con los seres infernales.
Las protagonistas han sido las tres imponentes bestias de fuego: el Drac i guardians de Sant Jordi, la Òliba de la Real y el Drac de na Coca. Han estado acompañadas por las nueve ‘colles’ de ‘dimonis’ que han encendido el cielo del Parc de la Mar esta noche: Enfocats, Realment Cremats, Kinfumfà, Ses Germanies, Illa Galera, Maleïts Encabritats, Trabucats, Es Cau des Boc Negre e Incubus.
La fiesta ha continuado después con la actuación del grupo menorquín Pel de Gall, que ha puesto el broche musical a una noche intensa y vibrante. Así, la noche de Sant Joan se ha mostrado una vez más como una cita ineludible en el calendario de los palmesanos, y el Parc de la Mar como su escenario más simbólico.