La contienda de ascenso que citó a dos entrenadores de Primera en la grada. Pimienta y Míchel (estratega del primer equipo del Girona y que presenció el ascenso de su hijo en el filial gironins, y fue expulsado) dispararon el glamour de un pulso de alto voltaje –se calentó en el capítulo de ida por los escupitajos de un fiel radical del equipo catalán al meta David Ramírez–.
La elevada presencia policial abortó cualquier tipo de incidente y la fotografía de la bandeja con doce cervezas, cruzando de un córner a otro por la línea lateral del recinto, no se repitió. El Eleuterio Valerón se llenó una hora antes con Chus Trujillo y Tino Déniz en la nómina de ilustres. A pesar del aviso de sanción de 10.000 euros por invasión de campo, con el 0-2 se gestó la marea del consuelo.
Decenas de seguidores acudieron a consolar a los soldados de Israel Quintana, que se refugiaron en las lágrimas de Ramírez, Stéphane, Aridane, Aythami… Sin las cámaras de la TVC por cuestiones presupuestarias, el apagón televisivo dio paso a un nuevo ejercicio de ingenio. El pique aconteció en la grada, con los cincuenta aficionados catalanes ubicados junto al córner y con un cordón policial. Con la lluvia de tarjetas, se entonó el ‘¡el árbitro es amigo de Puigdemont!’.
Final del ascenso a Segunda RFEF: UD San Fernando-Girona B / José Carlos Guerra / LPR
En la Tribuna principal, una aficionada del Sanfer dio el susto y se detuvo el encuentro. La indisposición quedó en un susto. Quique Álvarez fue manteado por sus jugadores y Míchel abrazó a Míchel Junior. Quintana llevaba el cabreo por dentro, entregado a la desilusión. La indignación con el colegiado Cartes Burgos duró diez minutos, luego quedó reconocer la superioridad del filial de Primera. La temporada del San Fernando ha sido para enmarcar, segundos en el Grupo Canario de 3ª RFEF y sin pólvora en la recta final (cero dianas en los últimos 300 minutos en la vuelta de semis ante el Támara con prórroga y este cruce maldito).
Orgullo intacto
«Volveremos, ha sido un palo duro pero ya estamos listos para intentarlo la próxima temporada», se repetía en el vestuario de Israel Quintana. Por su parte, para Quique Álvarez se impuso el más contundente: «No llegamos finos al final del campeonato pero ya en la ida de la final merecimos algo más de ventaja. Aquí, en la Isla, no es fácil con el cambio de superficie. Hemos sufrido pero ha sido lo más justo. No se puede hablar del árbitro, debemos ser honestos».

Final del ascenso a Segunda RFEF: UD San Fernando-Girona B / José Carlos Guerra / LPR
Aridane, Puig y Dawda. Héroes y villanos. Arte de grada y pícaros en el área. Con Kilian fuera de combate por sanción, así como huérfanos de Quintero, la moto de Felipe no fue suficiente.
Palo al San Miguel
El resultado en El Tablero manda a Preferente al cuadro tinerfeño del San Miguel. Solo figura en Segunda RFEF, el campeón de Tercera Las Palmas Atlético y el CD Tenerife B. La vela chica de Raúl Martín abandona el infierno de la quinta categoría, un latifundio que no está acorde con la afición y la ambición del Sanfer. El eterno candidato a todo y gran dominador del Grupo Canario. Un gigante en el Archipiélago que se quedó a las puertas por su falta de pegada.
«Caer así es ascender, se han vaciado y solo queda aplaudirles», repetía la bombonera azul. En la otra esquina, Míchel padre abraza a su hijo. El técnico del Girona se ve en el banquillo catalán por sexta campaña consecutiva. Admirador del arte de Moleiro, no desecha en un futuro dirigir a la UD.
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