El Parlamento iraní ha planteado bloquear el Estrecho de Ormuz, una vía estratégica por la que transita una quinta parte del crudo mundial. De confirmarse esta medida por parte del líder supremo Alí Jamenei, el impacto en los mercados energéticos sería prácticamente inmediato. Así lo advierte el analista económico y colaborador de ‘Herrera en COPE’, Marc Vidal: “El impacto va a ser un encarecimiento casi automático de la energía”.
La cifra asusta: 3,3 millones de barriles diarios que circulan por esa zona. Y no hace falta que se materialice el corte para generar tensión: “La simple amenaza de interrumpirlo basta para tensar los mercados”. En este escenario, el encarecimiento se trasladaría de forma directa a consumidores y empresas.
“Para los hogares europeos la factura energética podría dispararse en tan solo unos días”, avisa. El petróleo Brent ya ha empezado a descontar posibles interrupciones, y la gasolina podría subir hasta 20 céntimos por litro en cuestión de semanas.
Ese aumento en el coste de la energía se trasladaría al transporte, a la cesta de la compra e incluso a las hipotecas a tipo variable. Estados Unidos, gracias a sus reservas estratégicas, podría capear mejor el temporal. Europa, sin embargo, quedaría mucho más expuesta.
las hipotecas a tipo variable, también en jaque
Con una inflación al alza, el Banco Central Europeo se vería en una encrucijada. “El BCE, cuya única función es la de controlar los precios, se vería obligado a detener la bajada de tipos que lleva hace unos meses, e incluso subirlos para intentar controlar la inflación”, señala Vidal.
La explicación está en el llamado pass-through inflacionario, un mecanismo según el cual los aumentos en los precios de las materias primas se transmiten a lo largo de toda la cadena productiva: “Cuando la oferta de petróleo se contrae de forma súbita, como podría ser el caso, y la demanda a corto plazo es inelástica, productores y minoristas repercuten toda esa subida al consumidor final, que es quien asume la mayor parte del coste”.
Imagen de recurso
China también podría sufrir las consecuencias, ya que es el principal comprador del crudo iraní, aunque cuenta con una baza a su favor. “Ahí le puede salvar sus acuerdos energéticos a largo plazo con Rusia, que le ofrecen un salvavidas que amortiguaría este susto”.
Y mientras tanto, en Europa, el panorama es desalentador. “Paradójicamente, esto agravaría la presión sobre Europa”. Una vez más, concluye Vidal, “como casi siempre y desde hace ya un tiempo, como siempre dice mi padre, a los europeos nos va a tocar preparar la cartera”.