El gran apagón fue el 28 de abril y, casi dos meses después, la ciudadanía aún no sabe con detalle los motivos. ¿Cómo puede ser?
Es muy difícil de explicar que no se sepa. Yo creo que se sabe, pero no se está contando. Se están haciendo comprobaciones y análisis adicionales, pero obviamente la secuencia de hechos la tienen que tener claramente determinada.
¿Qué intuye?
Que Red Eléctrica estaba gestionando el sistema asumiendo una serie de riesgos que no debería asumir. Creo que la semana anterior habían publicado un tuit diciendo que se había alcanzado el récord de integración de energía fotovoltaica…
¿Ese incidente puede marcar un antes y un después en la confianza del sistema?
Yo creo que es un problema que se ha derivado de una gestión de la que todavía no conocemos todos los detalles. Pero hay datos que indican, por ejemplo, que el día 28 había solo tres ciclos combinados funcionando. El consumo de gas en generación eléctrica, en cambio, se ha disparado en mayo.
¿Por qué?
Porque ahora están tomando las medidas que tenían que haber tomado. A lo mejor no todas. Tú puedes ir sin cinturón y con tirantes, o con cinturón y sin tirantes, pero ahora vamos con cinturón y tirantes. Eso indica que hay cosas que no se hicieron, o que se están haciendo ahora, distintas al día 28.
«No es explicable que todavía no se sepa que pasó el día del apagón. Yo creo que se sabe, pero no se está contando»
Usted habla mucho de «lo verde», ¿pero qué es «lo verde»?
Lo verde es casi todo. Pero mi opinión resumida es esta: el mundo tiene un problema, que es el exceso de emisiones de CO₂2. Ese exceso viene de quemar carbón, petróleo o gas. Todo eso genera CO2₂, un gas de efecto invernadero, que no es malo, de hecho es esencial para la vida en la Tierra. El efecto invernadero es la capacidad de nuestra atmósfera para retener calor. Si no existiese, por las noches tendríamos 50 grados bajo cero y no habría vida. El efecto invernadero es esencial y solo depende de una parte muy pequeña de la atmósfera, que se compone en un 99% de oxígeno y nitrógeno, que no retienen calor. ¿Qué elementos sí lo hacen? El dióxido de carbono, el metano, el óxido de nitrógeno… Menos del 1%, que es el que determina que exista vida. Lo que estamos haciendo ahora es variar la composición de la atmósfera, quemando grandes cantidades de CO2, por lo que crece el acumulado. ¿La consecuencia? Más calor. De seguir esta evolución, a finales de siglo en España tendremos las temperaturas medias que tiene ahora Qatar y eso es un problema para todo: para la industria turística, para la agroalimentaria…
¿Y qué hacemos?
El problema es doble. Uno, hay que poner a todo el mundo de acuerdo y eso es muy difícil. Y dos, España tiene que abordar una serie de inversiones en todos los asuntos relacionados con el agua, que va a ser el bien escaso a final de siglo. Al mismo tiempo, hay que ir descarbonizando, lo que debería hacer todo el mundo. Por otro lado, debemos generar energía eléctrica con renovables, es más barata.
¿Nos van a sacar de este apuro las renovables?
Deberían sacarnos del apuro, sí, tanto desde el punto de vista de emisiones como desde el prisma de la generación de una electricidad barata, pero hay que hacer las cosas bien. Hay una serie de restricciones técnicas que están ahí y hay que mantener.
Pero ya son una realidad.
El año pasado la eólica fue la energía que más se generó en España, seguida de la nuclear y la fotovoltaica. Es una realidad que hay que mantener y cuidar. No consiste en renovables por renovables, sino en que son baratas y no generan emisiones.
¿Se han hecho políticas energéticas con demasiada ideología?
Esa es mi opinión. Si aquí hay un problema de emisiones, pues resolvámoslo. Todo lo verde es un modo de vida que nos quieren introducir. Nos dicen: «No, aquí hay que decrecer económicamente». Pues mire, así no se resuelve ningún problema. Hay que crecer, pero de una forma más sana.
¿Cree que estamos entre los extremos? Hay ultras climáticos, pero también negacionistas climáticos.
En una sociedad polarizada hay polos para cualquier cosa. Donald Trump dice que el cambio climático es un engaño, que es una filfa, y aquí hay gente que le sigue el juego. En el fondo, EEUU es el mayor productor del mundo de petróleo y de gas, esa es su ventaja competitiva y no va a renunciar a ella. Aquí, en Europa, tenemos prohibido el fracking [técnica que facilita la extracción de gas o petróleo del subsuelo] que es lo que ha permitido esos niveles de producción de EEUU. Si tengo un recurso, ¿por qué no lo voy a utilizar? Toda actividad industrial tiene riesgos. Lo verde, como decía, es una ideología que nos trata de decir cómo tenemos que vivir y la realidad es que eso no funciona, porque no vamos a aceptar que nos digan cómo tenemos que hacerlo.
Nucleares, el debate eterno.
Las nucleares producen electricidad las 24 horas del día y sin emisiones. Las renovables son intermitentes, producen cuando hay sol y cuando hay viento. No hay generaciones todas las noches, por tanto son un complemento perfecto. Además, las nucleares viejas son baratas. Cerrarlas no tiene sentido. ¿Construir nuevas? Si alguien quiere hacerlo que lo haga, pero con su dinero, no con el de los españoles.
¿Es más duro el mundo de la política o el de la empresa?
Son duros ambos, pero en distinta manera. En política tienes que aceptar que una parte se dedicará a denostar todo lo que haces, y si te puede insultar, lo hará. Cuando ves pancartas con tu nombre por las calles… Es más gratificante la política, porque trabajas para todos y aprendes muchísimo. Queda la satisfacción. La primera vez que se bajó el coste de la electricidad en España fue en 1996.