La posibilidad de jubilarse anticipadamente es un derecho que la Seguridad Social permite a determinados trabajadores con largas carreras de cotización. Sin embargo, esta opción conlleva una importante penalización en la cuantía de la pensión, incluso para quienes acumulan más de 40 años cotizados. En concreto, aquellos que decidan retirarse voluntariamente a los 63 años pueden enfrentarse a una reducción de hasta el 21 % en su pensión, según los meses que adelanten su jubilación y los años que hayan cotizado. Esta medida responde a las reformas que buscan equilibrar la sostenibilidad del sistema público y desincentivar el retiro anticipado.
Penaliza la jubilación
En 2025, la edad legal ordinaria de jubilación está fijada en los 66 años y 8 meses para la mayoría de los trabajadores. No obstante, quienes acrediten un mínimo de 38 años y tres meses cotizados pueden acceder al retiro a los 65 años. Bajo la modalidad de jubilación anticipada voluntaria, es posible adelantar la edad de jubilación hasta dos años, es decir, hasta los 63 años para quienes superan el requisito de cotización. Pero esta ventaja conlleva un recorte significativo en la cuantía de la pensión.
La razón detrás de este ajuste está clara: «la Seguridad Social entiende que, al disfrutar antes de la pensión y, por ende, durante un periodo más largo de la misma, esta tiene que verse recortada para no tensionar más el sistema público de pensiones», explican desde el organismo. La última reforma del sistema, impulsada por el Gobierno de Pedro Sánchez, tenía como objetivo principal desincentivar la jubilación anticipada y premiar que los trabajadores retrasen su retiro, acercando la edad real de jubilación a la edad legal.
Pescadero en el mercado de Triana preparando pescado para un jubilado
Este recorte se aplica mediante coeficientes reductores que pueden oscilar entre un 2,81 % y un 21 %, dependiendo de los años cotizados y de la antelación con la que se acceda a la jubilación. Un caso representativo es el de Emilio Maneiro, quien coticó 45 años y relata que le penalizan «con un 13 % sobre mi pensión de por vida» tras jubilarse anticipadamente. Por su parte, Quique Román denuncia la disparidad del sistema: «tengo 44 años y me penalizan con un 26 %, mientras que a otros con 38 años les premian con un 108 % de pensión, de chiste».
Además, la Seguridad Social exige que la pensión resultante, tras aplicar la reducción, sea superior a la pensión mínima que correspondería según la situación familiar del beneficiario al cumplir los 65 años, lo que limita la opción para quienes tienen rentas bajas.
Alternativas para evitar penalizaciones
Aunque la jubilación anticipada voluntaria conlleva necesariamente una reducción en la pensión, existen otras modalidades que permiten adelantar el retiro sin sufrir recortes. Por ejemplo, las jubilaciones anticipadas por discapacidad o aquellas relacionadas con profesiones que implican condiciones laborales especialmente duras, tóxicas o con altas tasas de mortalidad.

Se ve a un anciano caminando por la playa, desafiando el cierre de la playa al público decretado por la Guardia Urbana para evitar la presencia de manifestantes en el agua.
Estas opciones contemplan la posibilidad de jubilarse antes de la edad legal sin que la cuantía de la pensión se vea afectada, adaptándose así a la realidad de los trabajadores que, por sus condiciones, no pueden prolongar su vida laboral sin poner en riesgo su salud.
Adelantar la jubilación a los 63 años, aunque se hayan cotizado más de 40 años, implica asumir un recorte importante en la pensión para garantizar la viabilidad del sistema público. Esta realidad ha generado un intenso debate sobre la justicia de penalizar a quienes más han aportado, pero responde a la necesidad de mantener un equilibrio financiero en un sistema cada vez más tensionado por el envejecimiento de la población.