El Partido Popular ha alimentado las dudas sobre el sistema electoral español, este lunes, tras la reunión de su Comité de Dirección. El cargo de Leire Díez, la llamada «fontanera del PSOE» en Correos a cargo de asuntos como la custodia del voto por correo del 23-J, supone un motivo «más que legítimo» para que el PP haya «hecho preguntas» a la Junta Electoral Central (JEC).
Aun así, Borja Sémper se ha empeñado en afirmar que el PP «no pone en duda el sistema y tiene la máxima confianza en los funcionarios de Correos».
Pero «dado que la señora Leire se jactó de tener mano en eso» y a la vista de que «es una persona que ha cometido actos reprobables», la formación de Alberto Núñez Feijóo insistirá en las «posibles lagunas del sistema»… que, a la vez, dice «no cuestionar».
Lo cierto es que la rueda de prensa posterior a la reunión semanal de la dirección popular no pasará a la historia de la política española.
Al menos, no a la historia de los aciertos en comunicación política, a pesar de celebrarse a la vez que un exministro y secretario de Organización del partido en el Gobierno, y su asistente, declaraban ante el Tribunal Supremo por una supuesta trama de corrupción con más de una década de vigencia.
Ábalos, Koldo y Leire
El portavoz del PP, ha sido cuestionado por ese asunto y por el tema con el que, según el partido, ha tratado de «desviar la atención» Pedro Sánchez este fin de semana: la cumbre de la OTAN y el 5% del PIB en inversión en Defensa. Y no ha sabido qué decir sobre ninguno de los dos asuntos.
Sémper comparecía este lunes, tras la reunión del Comité de Dirección del PP, a la vez que en el Tribunal Supremo, el juez Leopoldo Puente tomaba declaración a Koldo García Izaguirre. El exasesor de José Luis Ábalos, que acababa de salir del despacho del magistrado, había tratado de retrasar su declaración, para tratar de sacar ventaja y conocer de antemano la estrategia defensiva de Santos Cerdán.
La trama presuntamente corrupta fue organizada, según el último informe de la UCO de la Guardia Civil, hace ya más de 10 años (en 2014) en el seno del Partido Socialista de Navarra. Y los tres implicados fueron los acompañantes de Pedro Sánchez en el coche con el que recorrió España para recuperar el poder en el PSOE, en 2017.
Nada más llegar el PSOE al poder, tras la moción de censura, importaron a la Administración General del Estado sus prácticas de amaño de contratos públicos para enriquecerse. Y el sucesor de Ábalos en la Secretaría de Organización socialista, Cerdán, encargó a la citada Leire Díez el trabajo de ‘contraespionaje’ para tratar de tapar los amaños y desacreditar a los agentes de la UCO que las investigan.
Sémper dijo que «el PP sólo se ha interesado por las posibles lagunas en la custodia del voto por correo» durante las elecciones. Y que el principal partido de España «está en su derecho a hacer preguntas», a pesar de que en este «ambiente de polarización» cualquier pregunta «se intenta llevar al trazo grueso».
Según dijo, el PP «jamás ha deslegitimado el sistema y jamás lo hará». Es decir, no caerá en esa «brocha gorda». Por eso, reafirmó «el respeto y la confianza del PP en el sistema electoral español y en sus funcionarios», pero agregó que «no hay confianza alguna en este Gobierno».
Para apoyar esta afirmación, recurrió al argumento de que «sus dirigentes están hoy ante el Supremo, por una presunta trama de corrupción institucionalizada y sistematizada». Y recordó que «una de las implicadas en la trama es esa fontanera del PSOE, que se jactó de haber tenido mano en el voto por correo«.
Feijóo y la JEC
El PP reaviva así el debate sobre el voto por correo del 23‑J. Esta mañana, el propio Feijóo había asegurado en esRadio que el partido «ha preguntado» a la JEC por esas «posibles lagunas» en el sistema electoral .
Según fuentes de la dirección popular, la JEC ya les respondió hace dos años —cuando el último escaño por Madrid bailaba entre el PSOE y el PP, precisamente por el recuento del voto por correo— que «los votos no los custodian las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado», y que «no se guardan en un lugar seguro».
Esa respuesta, a la que en su momento no se dio mayor importancia porque aquel escaño cayó del lado del PP —y forzó que a Sánchez no le bastara la abstención de Junts en la investidura, sino que tuviera que negociar un sí de los siete votos del partido de Carles Puigdemont— «nos da legitimidad para tratar de aclarar» esta situación, tal como insisten ahora las citadas fuentes del PP.
La respuesta de Feijóo en la citada entrevista venía a colación de unas declaraciones del expresidente del Gobierno José María Aznar este domingo, señalando el presunto amaño de las primarias del PSOE en 2014, recogido en el informe de la UCO, como argumento de autoridad a las dudas sobre el 23-J: «Quien ha robado unas primarias puede robar unas generales».
En Génova, en todo caso, hay sensaciones encontradas. Se respira división, e incluso enfado, entre algunos dirigentes por haber entrado en este «jardín». Muchos creen que se está enturbiando el sistema electoral, y que esta deriva le puede dar munición «a un PSOE acorralado» y en su peor momento.
Desde la dirección del PP se intenta ahora dar marcha atrás, pero no se ofrecen datos concretos que despejen hasta qué punto las incertidumbres que plantean son serias o unas simple serpiente de verano.