A pesar de la gravedad de los hechos no se ha enfrentado el jurado a un juicio complicado después de que Johjan Joanny Arroyave Arcila confesara que degolló a un vecino de Las Fuentes para evitar que le violara. Por eso los esfuerzos de este tribunal se han centrado en estudiar la importancia de la confesión que hizo del crimen, un reconocimiento de los hechos que han valorado de gran importancia a la hora de esclarecer el asesinato de Ignacio Pascual Goñi. Es el resultado del veredicto que ha consensuado este lunes el jurado en consonancia con el escrito de acusación conjunta por conformidad que habían suscrito el ministerio fiscal y su abogado defensor, el letrado Carlos Estremera, y por el que ambos han vuelto a solicitar una pena de doce años de cárcel.
Es el punto esencial del juicio que se ha ventilado a lo largo de estos días en la Audiencia Provincial de Zaragoza, donde este joven colombiano de 28 años ha reiterado la confesión que ya hizo el 27 de octubre de 2023 cuando reconoció que seis días antes había matado a este varón de 50 años para evitar que le agrediera sexualmente. «Mi conciencia no era capaz de seguir callando eso, había hecho algo muy malo y tenía que pagar por ello», se defendió este lunes Johjan Joanny.
Fue en el domicilio en el que residía el fallecido, en la calle Jaime Herrerín, donde ambos estuvieron «escuchando música» y bebiendo cerveza. Lo hicieron en una pequeña estancia que contaba con una camilla de masaje además de numerosas cremas, geles y preservativos que hallaron los agentes en el registro de la vivienda. «Me manoseó las piernas y se fue a la cocina, volvió con una cerveza, pero ya con una actitud más agresiva, de forzarme, se abalanzó sobre mí y me lo quité de encima. Vi un cuchillo y ya… Cuando le clavé el cuchillo cayó al suelo» describió el acusado.
No fue un cuchillo
Pero no fue un cuchillo el arma con la que Johjan Joanny segó la vida de Ignacio Pascual Goñi, pues los médicos forenses certificaron que se trataba de «un fragmento de cristal». Es, precisamente, uno de los tantos cristales rotos que se encontraron en la escena del crimen pues allí apreciaron los doctores restos de «enfrentamiento», «fuerza» y «lucha» entre el agresor y su víctima.
En total presentaba el cadáver hasta 85 heridas, «más de la mitad» concentradas en el cuello», «el órgano diana» según explicaron estos mismos médicos forenses. «El esternocleidomastoideo está seccionado y llega a seccionar casi totalmente la arteria carótida, fue de tal intensidad el ataque que había un tajo en la laringe. Y la vena yugular estaba totalmente seccionada», describieron.