La biodiversidad del sur de la Península Ibérica acaba de sumar un descubrimiento que pone de relieve la riqueza aún poco explorada del mundo subterráneo. Tras un trabajo de campo meticuloso y meses de análisis en laboratorio, un equipo de investigación de la Universidad de Córdoba ha identificado dos nuevas especies de hormigas que no habían sido descritas previamente ni en España ni en Portugal.
El responsable del hallazgo es Joaquín L. Reyes López, profesor titular del área de Ecología del Departamento de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal de la UCO, quien ha estudiado varias muestras de nidos en diferentes puntos del sur peninsular, especialmente en zonas de Jaén, Granada y Huelva, incluyendo el Parque Nacional de Doñana.
Las dos especies recién identificadas pertenecen al género Oxyopomyrmex, un grupo de hormigas adaptado a climas áridos y semiáridos que ya contaba con dos especies conocidas en la península. Con este hallazgo, la cifra se eleva ahora a cuatro.
Oxyopomyrmex arenarius
“Este trabajo no solo amplía el catálogo de especies ibéricas, sino que confirma el papel que tienen los ecosistemas áridos como reservorios de biodiversidad poco estudiada”, señala Reyes López. El investigador destaca que “a pesar de ser un grupo bien definido, muchas de estas especies habían pasado desapercibidas hasta ahora por lo discretas que son y por lo poco accesibles que resultan sus hábitats”.
Para identificar las nuevas hormigas, el equipo recurrió a la microscopía electrónica de barrido, una técnica que permite obtener imágenes de alta resolución en varias dimensiones. Gracias a ella, fue posible analizar con detalle la morfología de estas pequeñas criaturas, midiendo y comparando diversas partes de su cuerpo con las ya conocidas.
Una de las nuevas especies, de color marrón claro, presenta una cabeza más ancha que larga, estrías muy marcadas y un cuerpo pequeño. Se ha localizado en las provincias de Jaén y Granada. La otra, aún más diminuta, con estrías más suaves y pequeñas espinas abdominales, se ha encontrado en varios puntos de la provincia de Huelva.

Oxyopomyrmex pallens
“Son diferencias morfológicas sutiles, pero suficientes para determinar que se trata de especies distintas. No hay que olvidar que en muchos casos hablamos de organismos que apenas superan los dos o tres milímetros de longitud”, explica el investigador. “Por eso es fundamental contar con herramientas como la microscopía electrónica, que nos permiten observar detalles imposibles de captar a simple vista”.
El trabajo, publicado recientemente en la revista científica Insects, pone el foco también en la distribución geográfica y el contexto ecológico de estas especies. Reyes López subraya que los climas secos del sur de la península, similares a los de otros puntos del Mediterráneo, ofrecen un entorno especialmente favorable para este género.
“Sabíamos que el género Oxyopomyrmex estaba presente en la península, pero no imaginábamos que existiera esta diversidad. Esto abre la puerta a pensar que puede haber más especies aún por descubrir, tanto dentro de este grupo como en otros géneros adaptados a condiciones similares”, apunta.
El hallazgo no solo tiene valor desde el punto de vista taxonómico, sino que también refuerza la necesidad de seguir investigando y protegiendo los ecosistemas áridos y semiáridos, muchas veces marginados en los grandes planes de conservación. “Son hábitats que suelen parecer pobres o degradados a primera vista, pero esconden una enorme riqueza biológica que apenas estamos empezando a conocer”, afirma el profesor.
Además, Reyes López recuerda que estas especies, aunque pequeñas, desempeñan un papel clave en los ecosistemas donde habitan. “Las hormigas tienen funciones ecológicas fundamentales: ayudan a airear el suelo, dispersan semillas y controlan poblaciones de otros invertebrados. Cuanto más sepamos sobre ellas, mejor podremos entender cómo funcionan estos ecosistemas y cómo protegerlos”.
El equipo de investigación no descarta continuar el muestreo en otras zonas del sur peninsular para confirmar si estas especies están más extendidas de lo que se ha documentado hasta ahora, o incluso para localizar nuevas variedades aún desconocidas.
“Este trabajo es solo un punto de partida. El mundo de las hormigas es mucho más complejo y fascinante de lo que creemos. Y lo más emocionante es que aún queda mucho por descubrir”, concluye el investigador.