A pesar de los ataques de Estados Unidos contra Irán, la República Islámica continuará con su plan de enriquecimiento del material atómico que le permita desarrollar la producción de armamento e, incluso, varios países se han ofrecido para suministrarle cabezas nucleares.
Así lo ha asegurado el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dimitri Medvédev, considerado el número dos de Vladímir Putin, en un flamígero mensaje que incrementa la espiral de amenazas entre los aliados de Irán, horas después del bombardeo de EEUU a las instalaciones clave del programa nuclear iraní.
Medvédev también ha negado el éxito del ataque estadounidense proclamado por Washington, cuya administración ha asegurado que ha «devastado» el poder nuclear de Irán, al asegurar que la infraestructura clave del ciclo del combustible nuclear no ha sufrido daños relevantes.
Con la operación Martillo de medianoche, EEUU, en coordinación con Israel, atacó las tres mayores plantas conocidas de enriquecimiento de uranio donde Irán, de acuerdo con la Inteligencia occidental, está reuniendo las condiciones para fabricar armamento nuclear.
En los días previos al ataque, Putin había recalcado que tanto para el Kremlin como para el Organismo Internacional de la Energía Atómica no existe ninguna evidencia de que Irán esté cerca de desarrollar armamento atómico, una posición que se tambalea con la declaración de su número dos.
A través de sus redes sociales, Medvédev ha consolidado el eje de alianzas de Teherán al defender al régimen de los ayatolás y condenar la «hipocresía» de Trump.
Al mandatario estadounidense le acusa de haber pasado de regresar a la Casa Blanca como el «presidente de la paz» a empujar a EEUU a una guerra con consecuencias imprevisibles.
La reacción del que fue presidente ruso entre 2008 y 2012 supone una escalada respecto a los mensajes previos del Kremlin, principal aliado de Irán, que a su vez ha respaldado la invasión de Putin a Ucrania.
A primera hora de este domingo, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso compartió un comunicado condenando el «irresponsable» bombardeo y alertando de sus imprevisibles consecuencias regionales.
Rusia también ha denunciado que es «especialmente alarmante» que un miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU como EEUU haya «violado gravemente el derecho internacional».
Más allá del órdago, Medvédev ha alertado de las consecuencias regionales del ataque y ha asegurado que la mayoría de países de la comunidad internacional «rechazan las acciones de Israel y EEUU en Oriente Próximo».
Para él, Donald Trump «ya puede despedirse del Nobel de la Paz» después de haber sumido a su país en una nueva guerra que podría implicar una operación «terrestre» en el futuro.
«Trump, que llegó como el presidente de la paz, ha metido a Estados Unidos en otra guerra. Ya puede olvidarse del Nobel de la Paz. Vaya manera de empezar, Sr. Presidente. ¡Enhorabuena!», asegura.
En su opinión, la operación ha sido en vano ya que el régimen iraní «no solo ha sobrevivido», sino que «saldrá más fuerte» tras el bombardeo.
«Incluso aquellos que eran indiferentes o se oponían al régimen ahora van a unirse al espíritu nacional», asegura.
El silencio de Putin
Por su parte, el presidente Vladímir Putin no ha hecho ninguna declaración pública en respuesta a su homólogo estadounidense.
La agencia oficial TASS ha informado de que Putin no tiene planes de hablar con Trump, pero que la puerta a una negociación bilateral permanece abierta.
Putin se reunirá este lunes con el ministro de Exteriores iraní, Abbas Araqchi, en un momento en el que Rusia ha de medir su grado de apoyo a Irán para limitar la escalada del conflicto.