El equipo de navegación está listo, hay combustible de sobra, la predicción meteorológica es más que favorable y el destino está claro. Hora de levar el ancla y que este barco atracado en Málaga ponga rumbo hacia Barcelona. Lo hará a través de un mar que cubre apenas el 0,8% de la superficie marítima del planeta, pero que puede presumir de haber sido el «más influyente» en la historia del comercio y que ahora lidia con ser uno de los más importantes desde la óptica de la economía turística. Pese lo que pese ese título.
«El Mediterráneo ha tenido un pasado brillante y merece un futuro igualmente brillante», simplificó David Abulafia, catedrático de la Universidad de Cambridge experto en el tema. Dos ex primeros ministros italianos, Enrico Letta y Matteo Renzi, se refirieron a la región como una de las piezas clave de todo lo que se propone ser Europa en el futuro. Y lo mismo hicieron, uno tras otro, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla; el presidente de la Generalitat de Catalunya, Salvador Illa, y el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras.
Relevo entre alcaldes
Estos líderes políticos fueron algunos de los invitados de la segunda edición del Foro Económico y Social del Mediterráneo, punto álgido de una iniciativa organizada por Prensa Ibérica con la colaboración de la Fundación «la Caixa» para reflexionar, a lo largo de todo un año e implicando a todas las comunidades del arco mediterráneo, sobre cómo esta zona puede convertirse en motor económico de la región. El encuentro tuvo lugar el 17 y 18 de junio en Málaga, que un año atrás recogió el testigo de la primera edición, organizada en Valencia, y que esta semana dio paso a la tercera, que se celebrará, el año que viene, en Barcelona.
Empresarios, autoridades políticas y directivos de Prensa Ibérica posan en la entrada del Palacio de Ferias y Congresos de Málaga. / F. Bustamante / R. Arjones / J.L. Roca / A. Zea / F. Silva
«Es una ciudad diversa, dinámica, profundamente conectada con el mar y con una importante vocación europea», enumeró, sobre el escenario del foro, la directora de Relaciones Institucionales de medios de Prensa Ibérica, Silvia Tomás, antes de desvelar la gran incógnita de la jornada. El próximo destinó se anunció el último día del encuentro, donde el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el de Barcelona, Jaume Collboni, escenificaron el traspaso. «Ha sido un honor, he disfrutado muchísimo, aprendiendo muchas cosas», resumió el edil andaluz al quitarse el sombrero de anfitrión para cedérselo a su homólogo catalán.
Este le agradeció la hospitalidad de vuelta y aprovechó para enfatizar la utilidad de un simposio así. «Tener una excusa para encontrarnos, para intercambiar impresiones y compartir perspectivas a pesar de las diferencias de modelos o políticas siempre es importante y siempre suma», aportó Collboni, que aceptó con ganas el rol que le tocará asumir el año que viene: «Creo que hay mucho que compartir, mucho que aprender los unos de los otros -amplió-. Afortunadamente, las ciudades de este país hace tiempo que juegan en las ligas internacionales, en muchos ámbitos».
Apoyo de las grandes empresas
El Foro Económico y Social del Mediterráneo es un proyecto de Prensa Ibérica impulsado también por la Fundación La Caixa. Además, la cita cuenta con el apoyo de otras grandes empresas del país, como Moeve, CaixaBank, Endesa, Telefónica, Metrovacesa, Iberdrola, Renfe, Naturgy, Pamesa, Mercadona, Simetria, Redeia, Fundación Pacha, TM Grupo Inmobiliario, Statkraft, Mango, Aena, Vueling, Pamesa, Trops, Grupo UAX, Booking y BeBarlet.
Asimismo, varias instituciones públicas se han sumado a la iniciativa con su respaldo: la Junta de Andalucía, el Govern de les Illes Balears, la Generalitat de Catalunya, el Consell de Ibiza, la Región de Murcia, la Diputación Provincial de Málaga, la Costa del Sol de Málaga, la ciudad de Málaga, Visita Málaga, el Ayuntamiento de Palma y el Ayuntamiento de Barcelona.
Toda esta implicación es señal evidente de que el asunto que les congrega es prioritario. «Proteger el Mediterráneo es proteger nuestro futuro, algo que conecta con la economía azul, que se está revelando como un nuevo motor económico para el arco mediterráneo español, atrayendo inversión tecnológica, generando innovación y empleo, y regenerando el hábitat», argumentó Aitor Moll, consejero delegado de Prensa Ibérica, en el foro.
Radiografía económica
El Mediterráneo es, sin duda, uno de los motores económicos de España. Esta costa concentra el 40% del producto interior bruto (PIB) del país y en torno al 40%, también, de su población. Aquí se encuentran cuatro de los cinco aeropuertos de mayor tráfico y el crecimiento económico de este territorio supera en varios puntos al de la eurozona (+3,2% frente a menos del 1%). «Es un mar que ha unido y enfrentado a pueblos y civilizaciones desde tiempos inmemoriales: baña a 22 países de tres continentes distintos que hoy compartimos retos apasionantes», repasó Aitor Moll, consejero delegado de Prensa Ibérica, durante su discurso.
De hecho, durante todo el año, el foro se organiza de modo que ocho consejos de las ocho ciudades participantes reflexionan en torno a ocho de estos retos: disponer de una identidad resiliente, tener infraestructuras adaptadas a los retos hídricos, planificar y aumentar la oferta de vivienda sostenible, afrontar los desafíos climáticos, contar con una movilidad más cercana, descarbonizar e innovar, dar con una fórmula más sostenible de turismo, fomentar la economía azul o romper con los estereotipos de la inmigración. De todo ello se ha hablado esta semana, y de todo ello se seguirá hablando a lo largo del 2025 hasta llegar a la cita de Barcelona en 2026.
Es el momento de tender puentes para que los ciudadanos del Mediterráneo recuperen el protagonismo
El Tercer Foro Económico y Social del Mediterráneo parte con la ventaja de saber lo que cabe esperar. Por el segundo pasaron casi 900 personas, entre las cuales figuras tan importantes como el representante especial del Secretario General de la OTAN para la Vecindad Sur, Javier Colomina; el director del IMD World Competitiveness Center, Arturo Bris, y la profesora asociada de Filosofía y Ética en la Universidad de Oxford experta en IA Carissa Véliz; también el presidente de CaixaBank, Tomás Muniesa, y el de Telefónica, Marc Murtra, así como el consejero delegado de Endesa, José Bogas; el de Redeia, Roberto García Merino, y el de Moeve, Maarten Wetselaar; el director de Regulación de Iberdrola España, Patxi Calleja; el director general adjunto a Presidencia, Estrategia y Relaciones Institucionales de Renfe, Sergio Bueno; la directora de Medio Ambiente y RSC en Grupo Naturgy, Núria Rodríguez, y el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, además de los líderes políticos previamente mencionados y otros tantos.
España está hoy en una situación muy buena, aunque a veces nos cuesta a nosotros mismos creérnoslo
«Es el momento de tender puentes para que los ciudadanos del Mediterráneo recuperen el protagonismo que les corresponde», afirmó el presidente de Prensa Ibérica, Javier Moll, en el discurso que inauguró las jornadas, celebradas en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga. «Queremos ofrecer un diagnóstico preciso, identificar oportunidades, localizar el origen de los problemas y, sobre todo, encontrar soluciones desde un espíritu de consenso«, prosiguió el mismo ejecutivo.
El importante auge de la economía azul
Hay en torno a cinco millones de personas en la UE que viven del turismo costero, de los recursos marinos vivos y no vivos, de las actividades portuarias, de la construcción naval y del transporte marítimo. De estas, el 20% están en España, el país que más contribuye a este motor económico bautizado como economía azul. Así lo indica un informe de la Comisión Europea que coloca al país al frente de este sector. Y así lo resalta el consejo que, en el marco del Segundo Foro Económico y Social del Mediterráneo, se ha dedicado esta semana a explorar este filón para convertirlo en hoja de ruta.
Este será uno de los asuntos que, con toda probabilidad, protagonizará el simposio del año que viene en Barcelona, pues es la ciudad que se ha centrado en este tema. La economía azul se ha explorado como fuente de empleo calificado, atracción de inversión e impulso de innovación tecnológica, así como de palanca para regenerar el ecosistema marino.
Entre las propuestas: que se coordinen las estrategias marítimas e industriales de todas las comunidades bañadas por el Mediterráneo, que se trabaje en atraer capital riesgo especializado, que se dé más visibilidad a este segmento, que se creen marcos regulatorios más ágiles y que se impulsen itinerarios formativos en la universidad y centros de formación profesional.
Unión interna y con África
Por poner solo algunos ejemplos, durante estos días, el director general de la Fundación La Caixa, Josep Maria Coronas, hizo mucho hincapié en la importancia de colaborar «en un mundo cada vez más convulso» y «frente al aislamiento y barreras físicas y económicas que algunos proponen». «La apuesta debería ser avanzar hacia una mayor integración dentro de Europa«, coincidió la directora de análisis económico de la Cámara de Comercio de Barcelona, Carme Poveda, así como otros muchos participantes en las conversaciones de pasillos. Unión, unión y más unión. Tanto en el Mediterráneo español y europeo como con el africano, con Marruecos como puerta de entrada de inversión segura.
Y, luego, algo más de «coopetencia», un término que viene a pedir sobre todo a las empresas que mantengan la competencia que las hace crecer, sin dejar de cooperar para que todos estos objetivos se logren. Eso incluye asimismo a las instituciones públicas, porque también se hizo el ya clásico llamamiento a la colaboración publico-privada.

De izquierda a derecha, Martí Saballs, director de Información Económica de Prensa Ibérica, y Enrico Letta, ex primer ministro de Italia, durante el cóctel de bienvenida del II Foro Económico y Social del Mediterráneo. / F. Bustamante / R. Arjones / J.L. Roca / A. Zea / F. Silva
De la energía al corredor
Desde la perspectiva de la energía, el protagonista fue el apagón, al que los ejecutivos de Endesa, Redeia y la CEOE señalaron como elemento que determinará (o tendría que determinar) la transición energética. El uso del condicional viene a cuento de que se expuso muy contundentemente que el cierre de las centrales nucleares solo le va a la contra a este objetivo. «Hoy tenemos unos impuestos que cierran las nucleares. Unos impuestos que también se van a perder si las nucleares cierran, porque los pagan las nucleares», sumó el directivo de Iberdrola. El consejero delegado de Moeve apuntó, por su lado, hacia el hidrógeno verde como combustible de la reindustrialización española.
En cuanto a la tecnología, el encuentro puso de manifiesto el desafío gubernamental que supone la eclosión de la inteligencia artificial y el uso de datos digitales. Lo que queda claro es que la economía de la innovación y la tecnología gana cada vez más peso en esta amplia región, algo que habrá que saber explotar para sacarle todo el partido posible. Se presentó, en el marco del Foro, la iniciativa Innomed, una propuesta surgida de los trabajos previos al encuentro que pretende crear un modelo de innovación urbana compartido entre las ciudades del arco mediterráneo.

De izquierda a derecha, Gemma Martínez, directora adjunta de El Periódico, mantiene un diálogo con Marteen Wetselaar, consejeo delegado de Moeve. / F. Bustamante / R. Arjona / A. Zea / J.L. Roca / F. Silva
Por último, raro sería que en un evento de estas características no se hablara de la infraestructura que une a todos los participantes: el corredor mediterráneo. En una mesa redonda prácticamente dedicada a esta construcción, el comisionado del Gobierno para el Corredor Mediterráneo, Josep Vicent Boira, la calificó como la obra más ambiciosa de España. La meta global es que haya una conexión ferroviaria mucho mejor desde Algeciras hasta la frontera francesa, algo que, en la práctica, significa unir los principales puertos y centros productivos. «Si consiguiésemos tener conectados de forma conveniente Barcelona, Tarragona, Sagunto, Valencia, Alicante, Cartagena, Málaga, Algeciras…. Tendríamos un plus logístico con Europa e incluso en el norte de África», defendió.
Y, claro, por mucho que la ambición principal del foro sea reivindicar especialmente el potencial económico del mediterráneo español, esto no puede separarse de los objetivos europeos, que son, por suerte, ir dependiendo cada vez menos de Estados Unidos y Asia. Eso significa estar mucho más abierto a respaldar aquellas economías que despunten en todo lo que les dará esta independencia: industria, tecnología, ciencia…
Mucho puede cambiar de aquí a un año, pero todo apunta a que esto seguirá teniendo mucho protagonismo en la tercera edición del Foro Económico y Social del Mediterráneo. Especialmente, en una Barcelona que está plenamente volcada en hacer de todo esto su sello identificativo, pero que también es la más viva estampa de todos los retos que enfrenta la región.