Un simulacro muestra cómo las CCA podrían enfrentarse a China

Un ejercicio de 2024 mostró cómo los CCA desafían al EPL en Taiwán para fortalecer la postura aérea de EE. UU. con logística optimizada.

Ejercicio de Mesa 2024: CCA contra el EPL en Taiwán

En 2024, el Instituto Mitchell de Estudios Aeroespaciales organizó un Ejercicio de Mesa (TTX) que simuló el empleo de Aviones de Combate Colaborativos (CCA) contra el Ejército Popular de Liberación (EPL) en un escenario de contingencia en el estrecho de Taiwán. Tres equipos, compuestos por personal de la Fuerza Aérea de EE. UU., el Comando de Movilidad Aérea y representantes de la industria, evaluaron cómo los CCA, habilitados por inteligencia artificial, podrían complementar la flota aérea estadounidense frente a la superioridad numérica del EPL. El TTX se centró en dos aspectos clave: el impacto táctico de los CCA en el sistema de defensa antiaérea chino y los desafíos logísticos para operar estos aviones desde la Primera Cadena de Islas. Los resultados destacaron que los CCA, tanto recuperables como desechables, generan dilemas de focalización y complican las operaciones antiaéreas del EPL, especialmente contra su Sistema Integrado de Defensa Antiaérea (IADS) y aviones KJ-500 AEW&C.

El ejercicio simuló un conflicto en 2030, donde los CCA operaron junto a cazas de cuarta y quinta generación, como el F-35 y el F-15EX, y bombarderos como el B-52. Los equipos emplearon CCA lanzados desde tierra y aire, dispersos en bases austeras en las Filipinas y las islas Ryukyu, lo que mejoró la resiliencia de las operaciones estadounidenses al reducir la dependencia de grandes bases vulnerables a misiles balísticos chinos. Los CCA, con un costo estimado entre 2 y $40 millones, se diseñaron para misiones diversas, que incluyeron combate aire-aire, ataque a superficie y guerra electrónica. Esta postura distribuida dificultó la capacidad del EPL para localizar y neutralizar los aviones estadounidenses, lo que debilitó su paraguas A2/AD.

El TTX también exploró cómo los CCA podrían proteger activos aéreos de alto valor, como los aviones cisterna y el E-7A Wedgetail, mientras realizaban misiones de supresión de defensas antiaéreas enemigas (SEAD). Los equipos utilizaron 11 diseños teóricos de CCA, etiquetados de CCA-1 a CCA-11, que incluyeron modelos recuperables para misiones ISR y desechables para ataques de precisión. Por ejemplo, el CCA-8 y el CCA-9 se diseñaron como municiones merodeadoras, mientras que el CCA-11 se enfocó en guerra electrónica. Estas capacidades permitieron a los CCA presionar continuamente las defensas del EPL, lo que forzó a sus cazas y sistemas de radar a mantenerse activos y agotó sus recursos.

Los participantes del TTX destacaron que los CCA no reemplazarán a los cazas tripulados como el F-22 o el F-35, sino que los complementarán para maximizar la letalidad en entornos disputados. La simulación mostró que los CCA, al operar en grandes números, obligaron al EPL a gastar misiles y mantener un ritmo defensivo elevado, lo que generó un efecto de costos paralizantes para China. Además, los CCA lanzados desde el aire por plataformas como el B-52 permitieron ataques desde múltiples ejes, lo que complicó aún más la respuesta china.

Una representación por computadora de Lockheed Martin Skunk Works que representa un F-35 operando junto a varios tipos de vehículos aéreos no tripulados similares a CCA, incluidos diseños simples y relativamente asequibles de estilo ‘camión bomba’, así como un diseño de ala voladora de alta gama y máximo sigilo, lo que demuestra los diversos niveles de capacidad que podrían ofrecer los diferentes CCA. (Crédito de la imagen: Lockheed Martin Skunk Works)

Logística de CCA en la Primera Cadena de Islas

Un aspecto central del TTX fue el análisis logístico para sostener las operaciones de los CCA en la Primera Cadena de Islas, que incluye a JapónTaiwán y las Filipinas. Los equipos identificaron que las bases distribuidas requerían suministros locales de combustible y alimentos, lo que dependería de acuerdos diplomáticos con los países anfitriones. La postura distribuida minimizó la huella logística de los CCA, lo que permitió operaciones desde pistas cortas o incluso sin pistas mediante lanzamientos asistidos por cohetes. Esto redujo la vulnerabilidad a los ataques con misiles del EPL y facilitó la generación de salidas de combate sostenidas.

El informe del Instituto Mitchell detalló que los CCA necesitarían cadenas de suministro optimizadas para reabastecimiento, mantenimiento y rearme. Los diseños de los CCA priorizaron la similitud de componentes entre modelos cinéticos y no cinéticos para simplificar la logística. Por ejemplo, los CCA de guerra electrónica compartían partes con los armados, lo que redujo los requisitos de inventario. Los equipos estimaron que operar miles de CCA requeriría una planificación logística exhaustiva, respaldada por personal capacitado y recursos preposicionados en la región.

En mayo de 2025, la Fuerza Aérea de EE. UU. comenzó las pruebas en tierra de los prototipos YFQ-42A, desarrollado por General Atomics, y YFQ-44A, diseñado por Anduril, en la Base Aérea de Nellis, Nevada. Estas pruebas forman parte de los esfuerzos para acelerar la integración de los CCA en la flota. Además, la activación de una Unidad de Operaciones Experimentales en Nellis, subordinada al Ala 53 de la Base Aérea Eglin, y la selección de la Base Aérea de Beale, California, como sede de una Unidad de Preparación de Aeronaves, reflejan el compromiso de la Fuerza Aérea para desplegar los CCA rápidamente. Estas unidades experimentarán con las variantes Increment 1 para definir tácticas y procedimientos operativos.

El ejercicio también destacó la importancia de la colaboración con aliados como Japón y las Filipinas para establecer bases operativas. Los acuerdos de acceso a bases en estas naciones facilitarían el despliegue de los CCA y garantizarían el suministro de recursos esenciales. La simulación asumió que los países anfitriones proporcionarían combustible y alimentos, lo que reduciría la dependencia de cadenas de suministro transpacíficas vulnerables a interrupciones.

Datos clave sobre los CCA en el TTX 2024

  • Los CCA-1 a CCA-6 se diseñaron para misiones aire-aire, con costos de 2 a $40 millones; el CCA-5 era desechable, mientras que los demás eran recuperables.
  • Los CCA-7, CCA-8 y CCA-9 se enfocaron en ataques a superficie; el CCA-8 y CCA-9 eran municiones merodeadoras desechables.
  • El CCA-10, recuperable, se destinó a misiones ISR, mientras que el CCA-11, desechable, se especializó en guerra electrónica.
  • Las operaciones de los CCA se dividieron en cuatro fases durante los primeros siete días de un conflicto en Taiwán, que incluyeron barrido, protección de activos y SEAD.
  • Los CCA operaron desde bases en las Filipinas y las islas Ryukyu, lanzados desde tierra o aire por plataformas como el B-52.
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Representación de un avión de combate colaborativo. Imagen cortesía de General Atomics.

Impacto táctico de los CCA contra el EPL

El TTX demostró que los CCA podían perturbar las operaciones antiaéreas del EPL al atacar sus KJ-500 AEW&C y Grupos de Acción de Superficie (SAG). Las misiones de barrido de CCA utilizaron modelos desechables para sondear las defensas chinas, mientras que los CCA de guerra electrónica, junto con el EA-37B Compass Call y el RC-135 Rivet Joint, degradaron los sistemas IADS del EPL. Un nuevo diseño, el CCA-12, derivado del CCA-8, actuó como señuelo para forzar a los radares chinos a activarse, lo que los expuso a ataques.

Las operaciones de protección de activos aéreos de alto valor (HVAA) involucraron CCA de guerra electrónica e ISR que operaron desde Guam y las Ryukyu, coordinados con cazas F-22 y F-15EX. Estas misiones crearon múltiples vectores de amenaza, lo que mantuvo la presión sobre las defensas del EPL y evitó que los KJ-500 seleccionaran objetivos de manera efectiva. Los CCA también apoyaron los pulsos de ataque marítimo, donde flotas de B-21 RaidersB-2 Spirits y F-35A atacaron objetivos en los ejes norte y sur de Taiwán.

Las misiones SEAD, lideradas por los CCA-8, CCA-9, CCA-10 y CCA-11, junto con el EA-37B y el RC-135, mantuvieron una cobertura ISR persistente y provocaron el control de emisiones del EPL, lo que debilitó sus defensas costeras y SAG. Estas operaciones permitieron a los cazas tripulados operar con menor riesgo, lo que aumentó la letalidad de las fuerzas estadounidenses. Los CCA, al generar incertidumbre táctica, obligaron al EPL a reaccionar de manera predecible, lo que facilitó los ataques coordinados.

El TTX también reveló que los CCA, al operar en olas junto a cazas de cuarta generación armados con misiles aire-aire de largo alcance, podían presionar continuamente los IADS chinos, incluso entre los pulsos de ataque. Esta táctica evitó que el EPL regenerara sus fuerzas, lo que mantuvo a sus cazas y sistemas de defensa en un estado de alerta constante.

Desafíos y avances en el despliegue de CCA

Anduril y General Atomics completan revisiones clave de sus drones CCAAnduril y General Atomics completan revisiones clave de sus drones CCA
CCA

La Fuerza Aérea de EE. UU. enfrenta una flota menguante de cazas, con solo 120 F-22 operativos y sin F-15C/D en componentes activos. Las entregas de F-35 para 2026 se redujeron a 24 F-35A para la Fuerza Aérea, 12 F-35C para la Armada y una pérdida de dos unidades para el Cuerpo de Marines. El futuro del E-7A Wedgetail, crucial para reemplazar al E-3 Sentry, permanece incierto en el presupuesto de 2026. En este contexto, los CCA representan una solución para aumentar la capacidad y letalidad de la flota aérea estadounidense.

El TTX subrayó que los CCA deben ser aditivos a los programas de cazas tripulados, como el F-47 NGAD, y no sustitutos. Los representantes de Kratos DefenseAnduril y General Atomics, en un podcast organizado por el Instituto Mitchell, abogaron por el despliegue inmediato de las variantes Increment 1 para permitir a las unidades experimentar y refinar tácticas. La producción a gran escala de miles de CCA, según los participantes, permitiría identificar fallos y optimizar diseños desde las primeras fases.

El EPL, por su parte, ha fortalecido sus capacidades navales y aéreas. En 2025, el portaaviones CNS Fujian realizó su primer lanzamiento de un caza J-35 mediante catapulta electromagnética, lo que marcó un avance en la aviación naval china. El EPL también opera el KJ-500 AEW&C, que mejora la detección de objetivos a larga distancia, y ha incrementado las operaciones de sus portaaviones Liaoning y Shandong más allá de la Primera Cadena de Islas. Estas capacidades refuerzan el paraguas A2/AD chino, lo que hace que los CCA sean esenciales para contrarrestar la ventaja numérica del EPL.

El TTX de 2024 proporcionó una visión detallada de cómo los CCA pueden transformar la guerra aérea en el Pacífico, al ofrecer una combinación de masa, letalidad y resiliencia logística. Las pruebas en curso y la activación de unidades especializadas en Nellis y Beale indican que la Fuerza Aérea de EE. UU. está comprometida con integrar los CCA en su estructura operativa para enfrentar los desafíos planteados por el EPL en un posible conflicto en Taiwán.

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