La relación del exministro José Luis Ábalos y su ‘hombre para todo’ Koldo García con el comisionista Víctor de Aldama parece ir más allá de los negocios y cobro de comisiones ilegales que centran la investigación judicial en el Tribunal Supremo. El que fuera titular de Transportes también acudía a él para que le ayudara en asuntos personales, como reflejan los audios grabados por su asistente en relación con un problema surgido tras comprar el bajo de su vivienda en Valencia. En este caso se trataba de un problema vecinal, pues el heredero del anterior propietario se hacía el loco en relación con un ‘altillo’ que habían construido de forma ilegal en el espacio adquirido por el hoy diputado.
Así, los audios analizados por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, a los que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, recogen una conversación celebrada entre el exministro –en presencia de Koldo, que se grabó ese 18 de noviembre de 2020 durante doce horas seguidas, registrando todo tipo de gestiones– y Piedad Losada, que fue secretaria de Víctor de Aldama. Losada se encuentra imputada en la investigación ligada a los contratos millonarios de mascarillas que logró la trama y que analiza la Audiencia Nacional.
«Efectivamente, es como si yo en mi casa me da por sacarme un cuartito, vendo mi casa y me quedo el cuartito«, resume Losada después de que Ábalos, tras colgar a la exministra Nadia Calviño, con la que estaba hablando sobre política de vivienda, atienda al teléfono que le acerca Koldo y explique a Piedad Losada su problema particular.
Se trata de una consulta algo enrevesada, pues el bajo fue comprado por Ábalos al propietario del edificio, que lo construyó con cuatro viviendas y diferentes locales con puerta a la calle, para que lo utilizara su familia. A día de hoy, según le explica Ábalos a Losada, ya no vive allí casi nadie de la familia original y el citado «altillo» –cuya existencia ni está registrada en los documentos de la comunidad de propietarios-– contiene efectos personales de los anteriores dueños, pero no se utiliza. La esposa de Ábalos había tratado de ponerse en contacto con los herederos del anterior para solucionar de una vez el problema, ya que los vecinos reclaman el espacio y él está pensando darle uso como garaje, pero prefiere que las gestiones con el abogado de la parte contraria se las haga Losada, que se presta a ello.
«¿Qué cojones quieren hacer con eso?»
«No lo usan porque la vivienda desocupada, entonces, ¿Qué cojones quieren hacer con eso? No lo pueden vender porque no existe y no lo pueden usar porque ya no viven ahí, entonces… que mierda», señala Ábalos, concluyendo su relato, a lo que la que fuera secretaria personal de Aldama responde: «Pues vamos a enterarnos de sus propósitos lo hablo con el abogado… y ya le comunico a Koldo».
«Te lo mando todo a través de Koldo, si te parece», le señala el entonces ministro a la secretaria de Aldama sobre la documentación necesaria para estudiar el asunto. La mujer responde: «Yo hablo con el fulanito y me entero a ver qué intención tiene este señor y que pretende, que no tiene absolutamente ningún sentido y ya le diré al abogado, ‘mira, empieza por pensar que estás reclamando la usucapión de una cosa que no existe'».
Vender la bajera
En otro momento de esa jornada grabada en su práctica totalidad por Koldo, el asesor alude a lo que parece ser otra propiedad de Ábalos que éste podría vender, señalando que había «cogido» los setenta de la bajera porque a su jefe le estaban «haciendo el tongo».
El exministro de Transportes José Luis Ábalos / Alejandro Martínez Vélez – Europa Press
A continuación, Koldo realiza una sugerencia Ábalos sobre este asunto. «¿Por qué no hablo con Víctor Gonzalo (de Aldama) para que te compre la bajera y te la quitas de encima y te quitas la hipoteca de abajo? Aunque te la compre por ciento cincuenta, ciento sesenta, y a tomar por culo». Ábalos responde que aceptaría «si la quiere» el empresario, pero seguidamente pregunta a nombre de quién se haría dicha transacción.
Koldo le sugiere el modo: «No, él tiene veinte mil, él tiene veinte mil tíos, o sea que… veinte mil empresas, eso no es problema. Yo lo que busco es que tu…(…) y además… te quitas esa mierda de ahí, porque eso va a ser imposible vender el dia de mañana. ¿Te parece bien?».
Las propiedades de Ábalos
En su día, Ábalos aportó al Tribunal Supremo la escritura de adquisición de un local en el barrio de Campanar, en Valencia, que había olvidado citar durante su comparecencia ante el magistrado Leopoldo puente el pasado 20 de febrero. Al ser preguntado por las propiedades que tenía, el hoy diputado del grupo mixto manifestó que tenía su vivienda particular en Valencia, así como el local bajo de dicho inmueble. Se trataría del local sobre el que pidió ayuda al entorno del comisionista Aldama.
Además, según documentación aportada posteriormente por su defensa ante el alto tribunal, finalizada la diligencia Ábalos recordó que no había indicado al juez otra propiedad que había adquirido en proindiviso en marzo de 2003, por 120.000 euros. Se trataba del local comercial de Campanar, de 187 metros cuadrados, del que adquirió en 2013 otra parte indivisa por 30.577 euros. El exministro aportó al instructor de la causa ambas escrituras, así como la documentación de la subrogación del préstamo hipotecario del citado local en septiembre de 2015.
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