Tenía solo 10 años cuando dejó la escuela coránica y empezó a trabajar. Mamadou, un joven migrante que llegó a Canarias con 16 años, decidió dar el salto al Atlántico y jugarse la vida en el mar. «Trabajaba de pescador en Senegal con mi padrino, pero llegó un día que quise decidir mi futuro y cogí una patera«, explica el joven desde un centro de atención de Save The Children en Gran Canaria. Mamadou ha estado dos años viviendo en uno de los centros de menores sobreocupados de Canarias. Sin asesoramiento legal y víctima, dice, de un trato discriminatorio, aún no ha conseguido la documentación para poder trabajar y residir legalmente en España, que es lo único a lo que aspira. «Si al llegar hubiera dicho que era mayor de edad, ya estaría enviando dinero a mis padres», explica. «Prefiero trabajar sin papeles en la Península que perder el tiempo en un centro de menores». Su historia, según los expertos de la oenegé, pone de manifiesto la falta de protección que acusan estos menores.
Mamadou llegó a España en noviembre de 2023. Tenía 16 años cuando pagó 500.000 francos CFA, la moneda en Senegal, para subirse a una patera rumbo a Canarias. «Nunca olvidaré aquella noche. Antes de subir, nos obligaron a dejar toda la ropa, solo podíamos ir con lo puesto», explica. Sometidos al viento en alta mar, estuvieron cuatro días a la deriva. «El problema es que la comida solo llegaba a la mitad, el resto casi se muere de hambre y de frío». Mamadou era del segundo grupo, pero sobrevivió. Fueron rescatados en aguas españolas por Salvamento Marítimo.
Pruebas de edad
«Cuando llegamos nos dieron un vaso de agua, ropa y un techo», cuenta el chico. Viajó sin pasaporte y aseguró que tenía 16 años, pero la fiscalía de las islas quiso asegurarse de que era menor a través de las pruebas de certificación de la edad, que normalmente se realizan con radiografías de la muñeca y la dentadura. «Me dijeron que sí, que era menor, y pude entrar en un centro. Al menos era algo». En ningún momento, dice, se vio con un abogado. «Al principio yo no entendía nada, y tenía mucho miedo de que me deportaran», sigue el chico.
Pasado el tiempo, Mamadou asegura que no se habría identificado como menor. «Si hubiera dicho que era mayor de edad, ahora estaría trabajando en la campaña de la fresa como otros chicos que vinieron conmigo y que ya están enviando dinero a Senegal». Y eso a pesar de que viviría en la intemperie y no contaría con contrato de trabajo ni tampoco con seguro en caso de accidente laboral.
Él ha permanecido dos años viviendo en centros de menores improvisados y saturados, ante la llegada masiva de niños y adolescentes que las comunidades autónomas se resisten a acoger. Explica que algunas veces no le pudieron dar de comer, ni tampoco comprar la ropa que necesitaba. Él lo considera un trato discriminatorio, racista y injusto. «Nos trataban diferente en función de quién éramos. Yo confiaba en ellos porque me dijeron que me harían papeles», sigue el chico, quien, a pesar de haber hecho formaciones, no ha conseguido aún diplomas ni estudios reglados.
Permiso de residencia y trabajo
Legalmente, todos los menores que son atendidos por el sistema de protección en España deben acceder a un permiso de residencia y de trabajo si tienen más de 16 años. Es el caso de Mamadou. Pero no lo ha conseguido. El día que cumplió 18 años tuvo que abandonar el centro sin su documentación. «El centro no hizo lo que me prometieron, y me obligaron a pedir asilo para poder empezar de nuevo el trámite«, asegura. Ahora, para no quedarse en la calle, está viviendo en un centro del programa de ayuda internacional. Pero se siente atrapado en las islas. «Tengo la sensación de que he perdido el tiempo, me dijeron que si hacía todo lo que ellos me decían tendría papeles, pero esto no ha pasado. He estado dos años perdiendo el tiempo», sigue.
Asegura que le gustaría ser cocinero. O trabajar en la construcción. También formarse, especialmente para hablar catalán. Pero lo que pide realmente es ayuda para poder salir de las islas y empezar una vida autónoma, con derechos. «Estoy perdiendo el tiempo, pero solo volvería a Senegal con papeles», añade.
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