Muestras obtenidas de acantilados de escoria en Inglaterra desvelan que los desechos industriales pueden convertirse en roca en menos de cuatro décadas: esto desafía las suposiciones sobre cómo se forman las rocas e indica un nuevo impacto de las actividades económicas sobre el ambiente.
La escoria industrial es un residuo grisáceo provenientes de la fundición de metales: de acuerdo a un estudio publicado en la revista Geology y liderado por investigadores de la Universidad de Glasgow, en Escocia, estos residuos industriales se compactan y cementan en apenas décadas, transformándose en roca e integrándose al entorno.
Los científicos analizaron depósitos de escoria en vertederos del Reino Unido, formados entre los siglos XIX y XX. Descubrieron que, en menos de 40 años, estos residuos habían iniciado un proceso de litificación o formación de rocas similar al que se produce en condiciones naturales, pero que tarda millones de años.
Residuos que se vuelven pétreos
«Esto desafía nuestra comprensión sobre cómo se forma una roca, y sugiere que el material de desecho que hemos producido al crear el mundo moderno tendrá un impacto irreversible en nuestro futuro», indicó en una nota de prensa la doctora Amanda Owen, autora principal del nuevo estudio.
De acuerdo a la evidencia científica, se ha asumido que la formación de rocas es un proceso que transcurre en abismales escalas de tiempo geológicas. Sin embargo, al comprobar que los residuos industriales pueden convertirse en roca en un lapso de tiempo tan corto, se impone una reevaluación de cómo entendemos la formación rocosa y, en un sentido más amplio, sobre cómo gestionamos el impacto a largo plazo de la humanidad sobre el planeta.
El análisis de laboratorio del equipo científico se vio reforzado por el sorprendente descubrimiento de materiales modernos atrapados dentro de algunas de las muestras, como por ejemplo lengüetas de aluminio provenientes de envases de bebidas, algo que les ayudó a confirmar cuánto tiempo había tomado la litificación de la escoria.
Tecnorrocas, una nueva formación geológica híbrida
La clave está en la composición química de los residuos industriales: su alto contenido en silicatos y metales pesados acelera reacciones que, en la naturaleza, dependen de la presión y el tiempo. El resultado es una nueva clase de roca, bautizada como “tecnorroca”: un híbrido entre lo artificial y lo natural.
Referencia
Evidence for a rapid anthropoclastic rock cycle. Amanda Owen et al. Geology (2025). DOI:https://doi.org/10.1130/G52895.1
Incluso, el estudio propone un nuevo concepto: el “ciclo antropoclástico”, donde los desechos humanos reemplazan progresivamente a los sedimentos naturales en la formación de estratos. Además de la escoria, otras “tecnorrocas” podrían formarse en mezclas de plástico derretido con arena o residuos de centrales térmicas que se solidifican en capas compactas, entre otras posibilidades.
A pesar de las graves consecuencias ambientales, la formación de “tecnorrocas” podría ofrecer pistas para gestionar residuos peligrosos. Si determinados desechos se estabilizan en forma de roca, quizá sea posible confinar contaminantes de manera segura. Sin embargo, el riesgo es que se normalice este concepto y se tome como habitual la acumulación de residuos en el ambiente.