La física cuántica y el blockchain blindan la integridad del azar en loterías y procesos públicos

Durante décadas, la célebre frase de Einstein, “Dios no juega a los dados con el universo”, simbolizó la resistencia a aceptar que el azar gobierna el mundo subatómico. Hoy, la física cuántica y la criptografía demuestran que, al menos en la generación de números aleatorios, el universo sí lanza dados, y lo hace de forma tan transparente y rastreable que cualquier intento de manipulación resulta imposible.

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