Apuntándole con un cúter en el cuello, con desprecio a su condición de ser mujer y aprovechando que esta estaba bajo los efectos de un «cóctel de pastillas», principalmente ansiolíticos e hipnóticos, que tomaba como medicación de distintas patologías diagnosticadas, que le provocaba lentitud de reflejos y no le permitía mostrar resistencia. Esta es la forma que en la que presuntamente un hombre violó a la que era su pareja sentimental, por lo que se enfrenta a una pena de catorce años de prisión por un delito de agresión sexual.
Los hechos ocurrieron la noche del 28 de noviembre de 2023 en un parque en de la avenida Guillén de Castro, a escasos metros del aparcamiento privado en el que ambos estaban instalados al ser personas sin hogar. Según el relato de la Fiscalía, el acusado aprovecho que su pareja estaba bajo los efectos de la fuerte medicación que tomaba, que le provocaba entre otras cosas relajación muscular, hipotonía y lentitud de reflejos, para mantener relaciones sexuales con ella mientras le apuntaba con un cúter en el cuello. Al negarse ella, el procesado se ayudó de dos personas que convivían con ellos, quienes presuntamente la sujetaron de brazos y piernas, permitiendo que pudierna finalmente penetrarla tras despojarle de la ropa.
El acusado lo niega y la víctima dice no recordar nada
Durante la vista oral celebrada este martes en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Valencia, el acusado ha negado los hechos y ha alegado que su pareja le denunció «por un ataque de celos«. Según ha narrado, esa noche salió a por comida porque ella le dijo que tenía hambre y al volver le detuvieron agentes de la Policía Nacional, quienes tras pedirle la documentación, le llevaron al calabozo explicándole que le había denunciado.
La víctima por su parte no ha querido declarar en su contra llegando a solicitar no testificar. «No sé por qué estoy aquí», ha sostenido. Tras ser requerida por el juez, se ha limitado a decir que no recuerda nada de aquella noche «porque estaba empastillada» y ha pedido que retiren la orden de alejamiento que impide al acusado acercarse al hijo en común que tienen alegando que el niño pide ver a su padre. Una petición que para la fiscal acredita que la mujer está presionada y condicionada.
Las pruebas clave
A pesar del testimonio de la víctima, han resultado esclarecedores el testimonio de uno de los agentes que asistió a la mujer y las pruebas periciales que le practicaron. Respecto a lo primero, el agente ha recordado el «estado de shock» en el que se encontraba la víctima a su llegada: «Estaba nerviosa y tenía miedo«. En la misma línea, ha remarcado que la mujer «relató claramente» los hechos y ha afirmado que su compañero, quien se encargó de interceptar al agresor, le encontró el cúter con el que presuntamente la amenazó.
El acusado durante el juicio celebrado este martes en la Audiencia Provincial. / Francisco Calabuig
Por su parte, las pruebas periciales ratifican que tras ser examinada la mujer no presentaba ninguna alteración psicológica. Tampoco se hallaron lesiones vaginales, algo que atribuye a la ingesta de la mezcla de medicamentos previos a la agresión, entre ellos ansiolíticos y relajantes musculares que provocan somnolencia y relajan los músculos, lo que acredita que estaba en un estado de vulnerabilidad «tanto física como psíquica».
La fiscal mantiene la petición de cárcel
El Ministerio Fiscal, tras escuchar a todas las partes, ha elevado a definitivas sus conclusiones y mantiene para el encausado una petición de catorce años de cárcel por un delito de violación. Además, solicita una orden de alejamiento de 500 metros durante los próximos 15 años y ocho años de libertad vigilada tras el cumplimiento de la pena, así como el pago de una indemnización de 18.000 euros en concepto de responsabilidad civil.
El abogado de la acusación ha mantenido estas peticiones al ver acreditados los hechos que se denuncian. Por su parte, la letrada de la defensa considera que la declaración de su cliente demuestra su inocencia, por lo que ha pedido su absolución. Además, ha recordado que en ningún momento de la vista se ha hablado de los dos hombres que presuntamente colaboraron en la agresión. «Probablemente ni existan», ha remarcado la abogada.