Evren ha soñado lo impensable. Convertido en una copia exacta de Timur, ha llegado al hospital como si fuera él. El mismo peinado, el mismo estilo, incluso la misma chulería.
Caminaba entre los residentes y médicos con seguridad fingida hasta encontrarse cara a cara con Bahar. En ese sueño, ella lo ha mirado con desprecio: “Me has engañado como Timur… tú también eres un tumor”.
Bahar ha dejado bien claro que no hay diferencia entre él y el hombre que más la hizo sufrir. Justo ahí, Evren se ha despertado de golpe. Jadeando, empapado en sudor, sin poder borrar esa imagen de su mente. Porque ahora sabe que su mayor miedo no es perder a Bahar, sino haberse convertido, sin quererlo, en todo lo que juró no ser.