La Basílica de Nuestra Señora del Pino de Teror volvió a abrir sus puertas para recibir entre vítores, pétalos y emoción de miles de peregrinos, lugareños y curiosos extranjeros a la patrona de Gran Canaria. Culminó este domingo una peregrinación de 16 días que la llevó a recorrer corazones de los fieles y los caminos de Santa Lucía de Tirajana, Telde y Las Palmas de Gran Canaria. El obispo José Mazuelos destacó en la homilía de bienvenida a la patrona que ha sido «una experiencia fuerte de vida». Se estrenó el nuevo alcalde, José Agustín Arencibia, que fue la comidilla en segundo plano. A algún lugareño se le escuchó decir que se le hizo «infinito» este viaje de su «niña».
La villa mariana se llenó de fieles desde primera hora que esperaban con emoción el retorno de su patrona. Pero tuvieron que esperar hasta pasadas las seis de a tarde para ver a la Virgen del Pino cruzar el umbral de su basílica entre aplausos, lágrimas y una lluvia de pétalos desde los balcones.
La recibieron con la virgen en su trono seguida de miles de peregrinos que no cabían en la calle Real. Antes hizo una parada en el Hornillo para encontrarse con la Virgen de Lourdes, y fue donde la riada de fieles se paralizó y agolpó hasta el punto de que algunos temieron no poder llegar hasta la plaza de la Villa Mariana para ver entrar a la Virgen. Pero todo prosiguió con una relativa normalidad. Se sumó la banda de música, que acudió a este punto para encabezar la entrada de la imagen mientras, desde el ayuntamiento se lanzaban salvas primero y una traca que con aplausos dejaba entrever entre la multitud la imagen.
La imagen de la Vuirgen del Pino en el vehículo del Ejército del Airea a la puerta de la basílica, donde se celebró la misa de campaña / Javier Armean
La representación institucional para el recibimiento la encabezó el alcalde entrante Arencibia, acompañado por su homónimo en Santa Lucía, Francisco García. El vehículo que transportó a la Virgen paró delante del pórtico, donde se ofició la misa encabezada por el obispo de la Diócesis de Canarias, José Mazuelos. Agradeció profundamente el esfuerzo de todos los que hicieron posible esta histórica peregrinación: «Gracias a los voluntarios, a las fuerzas de seguridad y a todos los peregrinos por estos 15 días», que han hecho posible este hito histórico y que resaltó, «han sido la experiencia más fuerte de la vida». Añadió que «es bonito venir al corazón de la isla caminando. Y en ese camino, todos hemos cogido fuerza al mirarla cara a cara», apuntó durante su intervención.
La jornada también coincidió con un momento simbólico para el municipio: el sábado tomó posesión el nuevo alcalde, cuya figura fue centro de comentarios entre los vecinos. «Ojalá sea bueno», se escuchaba decir en las aceras «y que abra de una vez el centro de mayores y termine las obras de la piscina».
El obispo Mazuelos resalta que el peregrinaje supone una experiencia fuerte de de vida
Dámaso Martín, vecino de Teror, manifestaba durante la espera con ternura: «Estamos esperando a nuestra Niña. Nuestra chica puede salir, pero no quedarse fuera. Yo soy el primero en ir a buscarla». Su esposa, Mary Cruz, ni compartió ni negó el comentario de su compañero. Ella tenía una opinión particular. Primero aseguró que «estaba muy conforme con que la Virgen vaya a otros municipios «porque es de todos». Pero seguidamente puntualizó : «Estoy contenta, pero ¿Por qué no vienen ellos aquí?», preguntó.
«Propongo que por primera vez sean otros santos los que vengan a a Teror. Aquí nunca ha venido una peregrinación. Sería bonito para nosotros también ser anfitriones. Queremos ver a otros santos. Ahora nos toca a nosotros invitar a San Juan o San Rafael o Sandra Lucía».

Un grupo de fieles sigue la ceremonia religiosa en las calles de Teror. / Javier Armean
Algunos peregrinos llegaron a la villa antes de que la patrona llegase desde la capital, madre e hija hicieron la caminata como muestra de fe como peregrinas desde el barrio de Escaleritas y se unieron en la Ballena a la comitiva que salió desde las 06.00 horas de la capital. Sonia Henríquez, la hija, mientras descansaba tras la caminata de casi cinco horas, que ya he hecho otras peregrinaciones y respondió casi al unísono con su madre que el motivo principal era «cumplir una promesa», aunque no desvelaron cuál. Su madre completó el otro motivo: «en agradecimiento. Tenemos mucho que agradecerle», dijo, y se fueron a la parada de guaguas que las llevaba de vuelta a casa. Eran dos de las primeras en llegar y ya a anunciaban la «riada» de peregrinos rumbo al corazón de la Vila. Y así fue.
Desde su salida de la basílica, la virgen del Pino arrastró a miles de personas animadas por promesas, fe o simple agradecimiento. En cada municipio, su presencia fue recibida con hospitalidad, cánticos y fervor. La peregrinación ha servido también como puente intergeneracional, uniendo a jóvenes y mayores en una experiencia de fe compartida.
Una multitud de peregrinos se unió a la comitiva que llenó la calle Real cuando apareció la imagen
El pasado 30 de mayo, la venerada imagen emprendió un recorrido excepcional con motivo del Año Jubilar concedido por el Vaticano. Miles de fieles la acompañaron en cada etapa organizada y planificada por el obispado de la diócesis. Convirtió cada parada en una manifestación viva de fe, devoción y tradición.
La primera parada fue Santa Lucía, donde la Virgen permaneció tres días. Luego, fue recibida en Telde entre alfombras florales y repiques de campanas.
En Las Palmas de Gran Canaria, la imagen se alojó en la Catedral de Santa Ana durante cinco jornadas colmadas de actos litúrgicos, vigilias y manifestaciones culturales.

El alcalde dse Teror José Agustín Arencibia, junto al de Santa Lucía, Francisco García y al edil terorense Manuel Farías. / Javier Armean
Gracias a la coordinación entre los cuerpos de seguridad, Protección Civil, voluntarios y servicios sanitarios, el evento transcurrió con normalidad. Apenas se registraron algunos desmayos debido al calor y al cansancio acumulado y retrasos causados por la masiva afluencia de fieles. El Cabildo de Gran Canaria valoró positivamente el desarrollo de estos actos de «gran trascendencia para parte de la población aciones culturales en el que desde la institución insular hemos prestado atención».
Su retorno a Teror marca el cierre de una etapa «inolvidable para miles de personas que, con fe y esperanza, han caminado junto a su madre espiritual», comentaban desde el obispado. Ven en la salida extraordinaria algo más que un acto religioso: los sacerdotes de las distintas parroquias donde recaló la patrona ya reconocieron con anterioridad que este hizo histórico ha servido para unir incluso generaciones.
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