Qué escándalo

«¡Qué escándalo, qué escándalo! He descubierto que aquí se juega». Pese a la distancia enorme entre el elegante y cínico jefe de policía de Casablanca y el depauperado Sánchez en su llorosa comparecencia de Ferraz, resulta inevitable recordar esa famosa escena al constatar que era esa misma mañana cuando el quejumbroso pero todavía amado líder socialista se había percatado al fin de que el numero 3 del PSOE hacía años que la honradez no la conocía ni de oídas.

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