La gran demanda y la falta de plazas dispara las notas de corte

Durante décadas se ha insistido a jóvenes y familias sobre las bondades de la Formación Profesional. Se han hecho campañas, se han puesto recursos y se ha impulsado una nueva ley que ha reformulado la FP. Todo ha dado sus frutos y el ‘boom’ de la FP ha sido tal (el número de estudiantes ha crecido un 25% en cinco años y ya supera los 20.000 en Balears) que ahora el sistema público tiene dificultades para asimilarlo. Las notas de corte se han disparado y muchos jóvenes quedan fuera de los ciclos que quieren: el curso pasado llegó a haber más de 3.500 personas en lista de espera.

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