El pontevedrés Foni Díaz cumple tres días atrapado en Teherán, después de que el vuelo en el que pretendía salir de Irán con destino a Georgia fuese anulado y bombardeado el aeropuerto. En estos momentos es prácticamente el único ocupante de su hotel en la capital de la república islámica, en donde los ataques israelíes han dejado hasta el momento al menos 224 muertos y 1.257 heridos en todo el país, la mayoría civiles.
Con muchos problemas de conexión a internet, Foni Díaz traslada a FARO a través de un servicio de mensajería que «estoy bien, pero ya un poco cansado de la situación, sobre todo de la incerteza, y por preocupación que tiene mi familia».
En la pasada madrugada, relata, «desperté a las 3 por los estallidos, y grabé un par de videos de drones o misiles que pasan por encima del hotel. Ayer a la tarde también hubo estallidos y columnas de humo».
En estos momentos «soy el único huésped del hotel, que ya tiene las puertas cerradas». También se han ido la mayoría de los trabajadores. «Creo que también hay dentro otra persona, iraní-alemana, pero no hay nadie, estoy solo en este edificio, que es bastante grande, como de 6 plantas y bastantes habitaciones».
En la pasada madrugada, relata, “desperté a las 3 por los estallidos, y grabé un par de videos de drones o misiles que pasan por encima del hotel. Ayer a la tarde también hubo estallidos y columnas de humo»
Ha tenido que salir este lunes a cambiar dinero, y al regresar se encontró con la puerta del hotel cerrada, de modo que tuvo que llamar reiteradamente para que le dejasen acceder a un alojamiento.
Desde el primer momento el pontevedrés se ha declarado «tranquilo». Transmite entereza al teléfono, y ahora confía en que «poco a poco la escalada se enfríe o que se busque una solución».
Tras jubilarse anticipadamente, Foni Díaz inició una vuelta al mundo que le ha permitido visitar más de una veintena de países de 5 continentes. En Irán ha pasado dos semanas, conociendo una cultura que, afirma, «creo que tenemos un poco demonizada» y comprobando con curiosidad como, por ejemplo, las mujeres ocupan numerosos empleos o no van veladas.
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