El petróleo está muy volátil. Tras las fuertes alzas registradas a finales de la semana pasada ante el ataque de Israel sobre Irán, este lunes la tendencia parecía que se iba a repetir, aunque de forma más contenida, pero el crudo ha cotizado en rojo y con fuertes caídas. De momento la tensión en Oriente Medio no ha afectado al suministro mundial, pero todo puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Los inversores lo saben, y de ahí las dudas en el crudo.
«El mercado está nervioso, y con razón», comenta Stephen Innes, socio director de SPI Asset Management. Y es que «el verdadero temor no son los ataques de ojo por ojo» entre Israel e Irán, sino «qué sucederá si Teherán toma medidas en el Estrecho de Ormuz, por donde navega diariamente casi una quinta parte del suministro mundial de petróleo».
El crudo ha registrado este lunes caídas del 2%, tras haber llegado a subir hasta medio punto porcentual. El barril West Texas, de referencia en EEUU, ha bajado a 71,34 dólares, mientras que el de calidad Brent, de referencia en Europa, se ha situado en 72,89 dólares.
Innes dice que «una maniobra naval hostil o un dron descontrolado en la ruta marítima equivocada, y el mercado podría descontrolarse por puro reflejo». De momento todo está contenido, aunque el nerviosismo se respira en el mercado y eso se está dejando notar en la cotización del petróleo.
Por ahora, el mercado se encuentra al borde del abismo, pero todos saben que un paso en falso podría provocar una fuga de reservas», incide este experto.
Los estrategas de Rabobank, por su parte, comentan hasta dónde pueden llegar las consecuencias si se cierra el Estrecho de Ormuz. Dado que se interrumpiría el suministro mundial de crudo, explican, eso «podría resultar en precios del petróleo de entre 120 y 150 dólares por barril». El problema es que no todo acabaría ahí, ya que también obstaculizaría los flujos de gas natural desde Qatar hacia Europa, lo que «agravaría aún más el impacto negativo».
Tal y como lo ven, aunque el shock general en los mercados energéticos mundiales «puede mitigarse en cierta medida con un aumento de la oferta de la OPEP+ en otras regiones y con la reanudación de la producción de los productores estadounidenses en respuesta al aumento de los precios», podría no ser suficiente, alertan.
«Siendo realistas, el riesgo de interrupciones en el Estrecho de Ormuz -un punto crítico para un tercio del flujo mundial de petróleo- implica que la balanza de riesgos sigue inclinada al alza«, señala Ipek Ozkardeskaya, analista sénior en Swissquote Bank.
Y no solo preocupa lo que pueda pasar con el Estrecho de Ormuz. «La expansión de la guerra para incluir infraestructura energética crítica aumenta los riesgos para los mercados energéticos mundiales, incluso si los ataques hasta el momento no han afectado al suministro global», dicen los analistas de Danske Bank en su comentario de mercados de este lunes.
Se refieren a que los ataques israelíes e iraníes se han extendido a la infraestructura energética. Un depósito de combustible y una importante refinería de petróleo en Teherán han sido alcanzados, al igual que el yacimiento de gas South Pars (el más grande del mundo), cuya producción se ha detenido parcialmente.
Asimismo, una refinería de petróleo en Haifa se encuentra parcialmente cerrada tras ser alcanzada por misiles iraníes, y los yacimientos de gas Leviatán y Karish de Israel han sido cerrados temporalmente.
En este sentido, en Goldman Sachs han actualizado su pronóstico de precios del petróleo para incluir una prima de riesgo geopolítico más alta tras el ataque de Israel a Irán.
Con todo, desde el banco estadounidense asumen que no habrá interrupciones en el suministro petrolero de Oriente Medio y mantiene su previsión de que el sólido crecimiento de la oferta fuera del esquisto estadounidense hará bajar los precios del Brent y el West Texas a 59 y 55 dólares por barril, respectivamente, en el cuarto trimestre de 2025, y a 56 y 52 dólares en 2026.
No obstante, en un escenario en el que los posibles daños a la infraestructura de exportación iraní reduzcan temporalmente el suministro en 1,75 millones de barriles diarios y la producción extra de la OPEP+ compense la mitad del déficit máximo iraní, en Goldman Sachs prevén que el Brent podría alcanzar algo más de 90 dólares antes de volver a caer a los 60 dólares en 2026.