En una jornada donde las altas temperaturas han sido las protagonistas, centenares de personas han salido a las calles de diferentes ciudades del país y de Europa -Génova, Lisboa, Marsella- para protestar contra la turistificación masiva y la degradación de los barrios. En España, Barcelona y San Sebastián han sido las ciudades donde se han dado las concentraciones más multitudinarias, con pancartas que han exigido «políticas valientes», parar la turistificación y «menos turismo».
En la primera de ellas, bajo el lema “El turismo nos roba el pan, el techo y el futuro” y con cerca de 600 personas, según datos del Ayuntamiento de Barcelona, se ha vuelto a repetir la escena que acaparó portadas de periódicos en julio de 2024 cuando dos manifestantes dispararon con pistolas de agua a dos turistas. En esta ocasión, la marcha ha recorrido las zonas con más afluencia de la capital de Cataluña con su punto de partida en el barrio de Gracia, atravesando el Paseo de Gracia, con alta densidad turística. Acto seguido, la manifestación ha continuado por el Eixample y, aunque estaba previsto que terminara en la Sagrada Familia, lo ha hecho en la Avenida Gaudí debido a la presencia policial y un cordón de antidisturbios.
Desde la Asamblea de Barrios por el Decrecimiento Turístico (ABDT), plataforma convocante de la manifestación, han querido poner de relieve que el motivo de la protesta no es por el turismo de masas, sino más bien por la turistización y las consecuencias negativas de la actividad turística. Así, las primeras filas de la manifestación han estado formadas por trabajadores «afectados por el modelo turístico» como los trabajadores del Hospital del Mar, que «se ven desbordados por la atención a los turistas», conductores de autobuses o camareras de habitación. En la línea de protestas, los convocantes han lamentado que las consecuencias que se derivan de esta actividad también afectan en muchos casos a la vivienda: “La explotación turística expulsa a la población y agrava la crisis habitacional”.
Por su parte, San Sebastián ha sido otro de los escenarios de la manifestación contra la turistificación. En este caso, la marcha ha estado convocada por la plataforma Bizilagunekin con el lema «Aquí queremos vivir. Paremos la turistificación de Donostia», y se han sumado a la misma más de 50 organizaciones sociales, sindicales y vecinales que han respaldado la movilización. Asimismo, la manifestación, que ha recorrido el centro y la Parte Vieja, ha partido a las doce del mediodía de los relojes de La Concha y desde la plataforma se ha denunciado que este fenómeno de la turistificación «no es algo nuevo», sino que «llevan años con este problema».
Entre otras cosas, se ha denunciado que la industria turística está «fuera de control y sigue deteriorando territorios, expulsando a sus habitantes y degradando el entorno en beneficio del mercado». Según han expuesto los convocantes, el modelo actual ha llevado a la ciudad a una situación «crítica» en materia de vivienda, con el aumento de pisos turísticos, segundas residencias y contratos de temporada que «dificultan el acceso a la vivienda y elevan los precios».
Entre los participantes de esta marcha estaba el secretario de Municipalismo de Sumar Mugimendua, Alejandro del Pozo, que ha afirmado que «la turistificación no es un fenómeno inevitable, sino una consecuencia directa de políticas públicas que han priorizado el negocio de una minoría frente a las necesidades de la mayoría». Por todo ello, ha exigido «políticas valientes» para frenar la turistificación de la ciudad y «garantizar el derecho a vivir» en San Sebastián. Así, Del Pozo ha defendido «una Donostia habitable, sostenible, euskaldun y con tejido comunitario fuerte, donde vivir no sea un privilegio, sino un derecho garantizado».
Al margen de estas dos ciudades, otras como Granada, Bilbao, Ibiza o Palma de Mallorca también se han unido este domingo a la protesta contra la turistificación. En la última, bajo el lema «Por el derecho a una vida digna, paremos la turistificación», y convocada por la plataforma Menos turismo, más vida, exigen también que se frenen las prácticas abusivas en detrimento de la vida y el funcionamiento original de los barrios y lo hacen acompañados de figuras destacadas del mundo de la cultura.
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