Mallorca es una isla con una rica tradición artesanal que ha perdurado a lo largo de los siglos. Oficios como los mestres d’aixa, los margers, los alfareros o las dones de sa llata siguen siendo fundamentales no solo para preservar el patrimonio cultural mallorquín, sino también para impulsar la economía local a través de productos únicos y de calidad.
Maestros del mar y la piedra
Uno de los oficios más emblemáticos de la isla es el de mestre d’aixa. Se trata de los carpinteros de ribera, artesanos especializados en la construcción y reparación de embarcaciones de madera. Esta profesión, que requiere gran paciencia y destreza, ha sido clave en la historia marítima de Mallorca. Gracias a la reciente declaración de la vela latina y los conocimientos asociados a su práctica como Bien de Interés Cultural e Inmaterial, estos artesanos han cobrado una nueva relevancia. Actualmente, solo una treintena de personas en la isla mantienen viva esta tradición, asegurando que las embarcaciones de madera sigan surcando las aguas mallorquinas.
Otro de los oficios tradicionales más representativos de Mallorca es el de los margers, expertos en la técnica de construcción con pedra en sec. Esta práctica, que no emplea mortero, tiene raíces que se remontan a la prehistoria y ha sido utilizada en la edificación de muros de contención, bancales y sistemas de irrigación.
Aunque durante el siglo XX esta actividad casi desapareció, en los años 80 se produjo un resurgimiento. Hoy en día, la técnica de la piedra en seco es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, lo que garantiza su continuidad en el tiempo.
Destreza y experiencia
La tradición alfarera también sigue muy viva en Mallorca. En el interior de la isla, especialmente en Marratxí, se moldean piezas de barro como ollas y platos, fundamentales en la cocina mallorquina, además de los icónicos siurells, pequeñas figuras con silbato pintadas con cal y detalles en rojo y verde.
La Fira del Fang, celebrada cada mes de marzo, y la Ruta del Barro permiten a los visitantes conocer de cerca el trabajo de los alfareros y adquirir piezas únicas que fusionan funcionalidad y arte. Para quienes quieran profundizar en la historia de esta tradición, el Museo del Barro de Marratxí ofrece una colección impresionante de cerámica local.
En el noreste de la isla, en municipios como Capdepera y Artà, se mantiene viva la tradición de la llata, el trenzado del palmito. Esta práctica artesanal, llevada a cabo principalmente por mujeres conocidas como les dones de sa llata, ha sido clave en la fabricación de cestas, alfombras, escobas y otros objetos que en su día eran indispensables para el trabajo en el campo y el mar.
Aunque su función ha cambiado con el tiempo, hoy estas piezas son apreciadas como objetos decorativos y accesorios de moda. La materia prima, el garballó, es una palmera autóctona que solo crece en ciertas zonas de la Serra de Tramuntana y el Levante mallorquín, lo que hace que estos productos sean aún más exclusivos y representativos del entorno natural de la isla.
Comprar productos elaborados por estos maestros artesanos no solo permite a los visitantes llevarse un pedazo de la historia y la cultura de Mallorca, sino que también contribuye a la preservación de estos oficios y al desarrollo de la economía local. Cada pieza cuenta una historia de tradición, esfuerzo y amor por la artesanía.