Ya no es solo el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, siempre crítico con Pedro Sánchez. Ni tampoco un exdirigente de tanto peso, pero ahora mismo situado en los márgenes del PSOE, como Felipe González. La estruendosa salida de Santos Cerdán de la Secretaría de Organización, tras ser implicado por la UCO en el cobro de comisiones a cambio de obra pública, ha supuesto tal convulsión en el partido que cada vez son más las federaciones y cargos socialistas que reclaman al presidente que no lleve esta complicadísima legislatura hasta el final, en otoño de 2027, como él mismo ha dejado claro que quiere hacer. De lo contrario, defienden, los comicios autonómicos y municipales de mayo de ese año, quedarán otra vez “contaminados” y la pérdida de poder territorial será todavía mayor que la sufrida en 2023, cuando los socialistas se despidieron de siete comunidades y casi todas las capitales de provincia.
La espita la abrió García-Page a principios de mes, antes de que estallara el ‘caso Cerdán’, que ha colocado a Sánchez en su momento político más crítico desde que llegó a la Moncloa. El anticipo de las generales es necesario, argumentó, para que la política nacional no “arrastre” al PSOE en las autonomías. El pasado miércoles se le unió González. Se trata en ambos casos de figuras con nula influencia sobre Sánchez, pero el colectivo que defiende que el presidente dé este drástico paso suma adeptos cada día, nutriéndose de barones y dirigentes históricos.
“A ver si se animan y no somos los únicos que lo decimos en público”, explican en el entorno del presidente castellano-manchego.
El mensaje extremeño
Pero ese momento no ha llegado todavía. El mensaje se desliza en la mayoría de casos en privado. “Si no adelanta las generales, los votantes golpearán a Pedro en nuestra cara. Yo no sé cuánto puede aguantar esto. No creo que pueda aguantar ni siquiera un año. Y cuanto más esperes, más opciones hay de que el PP vaya concentrando voto”, explican en una federación que pide no ser identificada.
Algunos ya defienden a cara descubierta medidas mucho más drásticas. El alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna, pidió el viernes un congreso extraordinario del PSOE para relevar a Sánchez del liderazgo. “Los socialistas no merecemos esto”, dijo. Todo el partido interpretó que su apuesta representaba también a Miguel Ángel Gallardo, líder de los socialistas extremeños, que se encuentra al borde del banquillo en el proceso que afecta al hermano del presidente, David Sánchez, por el supuestamente irregular proceso de selección de su puesto en la Diputación de Badajoz.
En la federación andaluza, ahora en horas muy bajas pero todavía con más militantes que ningún otro territorio, la visión es distinta, aunque no contradictoria. La sensación más extendida es que Sánchez debe hacer coincidir las generales con las autonómicas en esta comunidad, que se esperan para el verano del año que viene.
Pero ninguna de estas fórmulas parece convencer al entorno del presidente del Gobierno, que ha escogido a cinco ministros para liderar otras tantas federaciones: María Jesús Montero en Andalucía, Óscar López en Madrid, Pilar Alegría en Aragón, Ángel Víctor Torres en Canarias y Diana Morant en la Comunitat Valenciana. Las opciones que el núclero duro de Sánchez empieza contemplar, en cambio, son una crisis de Gobierno, que se uniría a la anunciada «reestructuración» de la Ejecutiva socialista, y la posibilidad de que Sánchez se someta en el Congreso de los Diputados a una cuestión de confianza que ya reclaman incluso algunos importantes miembros del Ejecutivo y líderes territoriales como forma de recuperar la iniciativa.
Santos Cerdán sale del Congreso de los Diputados el pasado jueves, tras conocerse el informe de la UCO. / JOSÉ LUIS ROCA
“El adelanto no está ahora mismo encima de la mesa. Estamos intentando recuperarnos del shock. Hay que dar la batalla político-mediática. No vamos a agachar la cabeza ante el PP, que también pide un adelanto cuanto antes. Ellos han tenido muchos más casos de corrupción y nunca han reaccionado de forma tan contundente como nosotros. No nos parecemos en nada. Nosotros hemos reaccionado de inmediato, en cuanto se conoció el informe de la UCO que salpica a Cerdán. Lo mismo hicimos con José Luis Ábalos. Nuestros votantes lo acabarán valorando. Conviene esperar”, argumentan los colaboradores de Sánchez, que aseguran que adelantar ahora sería “regalar” el Gobierno a Alberto Núñez Feijóo.
Pero las mismas fuentes aclaran que nada está descartado del todo. Como siempre, será Sánchez, un dirigente imprevisible que ha basado su carrera política en la resistencia y los movimientos audaces, quien tenga «la última palabra».
“No ha hecho más que empezar”
“¿Esperar a qué? Esto no ha hecho más que empezar. Las sospechas sobre Cerdán venían publicándose desde hace meses y no se hizo nada. Va a salir mucha más información fea. Y también está el proceso al hermano de Sánchez y a la mujer. ¿Cómo que cuando pase el tiempo vamos a estar mejor? Al revés. Estaremos peor. ¿Cómo vas a ir a unas elecciones autonómicas y municipales en esta situación?”, se pregunta un histórico dirigente.
“No sé si es el principio del fin o el fin en sí mismo -explica otro cargo del partido-. Otras polémicas en esta legislatura, como la amnistía o la relación con Bildu, eran puramente políticas. Pero la corrupción es otra cosa. Es letal para el PSOE. Esto está en el corazón del partido. Es también distinto a los casos que tuvimos en otras épocas, como el de Luis Roldán, que era Director General de la Guardia Civil y lo podías encapsular. Pero no puedes encapsular a un secretario de Organización. A dos, porque primero cayó Ábalos también por corrupción. El problema de fondo son algunos perfiles de los que se ha rodeado Sánchez. Si te rodeas de gente así, estás hundido. Él no es así, pero da igual. No tienes mecanismos para combatirlo porque han estado pegados a ti, a tu lado”.
El horizonte andaluz
En Andalucía, mientras tanto, la suerte de Montero, vicepresidenta primera, ministra de Hacienda, vicesecretaria general del PSOE y líder de la federación, está absolutamente vinculada a la de Sánchez. La caída de Cerdán le impacta de lleno. Montero puso su mano en el fuego por el exsecretario de Organización y las redes están llenas de ‘memes’ donde la vicepresidenta aparece con las manos vendadas por quemaduras graves. Hay desolación, desconcierto y honda preocupación. Hay obras emblemáticas en la trama, como la del Puente del Centenario de Sevilla, con conversaciones obscenas entre Cerdán y Koldo García, mano derecha de Ábalos. El comité federal que nombrará a la nueva ejecutiva anunciada por Sánchez, como forma de intentar contener el daño, se hará el 5 de julio otra vez en la capital hispalense, como el congreso de diciembre que reforzó a Cerdán. Los socialistas andaluces confían en que septiembre traiga un cambio de curso y tiempo para remontar unas encuestas que sitúan a Montero muy por detrás del popular Juanma Moreno, presidente de la Junta, sin apenas posibilidades de recuperar el poder.
Las elecciones andaluzas son en el verano de 2026. Ya había voces en el PSOE andaluz que pedían que las generales coincidieran con las autonómicas. Ese deseo se mantiene sin ocultar que cuanto más lejos de las municipales, mejor. El convencimiento de que Sánchez no aguantará hasta 2027 es mayoritario. Susana Díaz, rival del líder socialista en las primarias de 2017, ya lo ha dicho: “Hay que convocar elecciones este año. Esta legislatura no se sostiene”. Pero ella, en cualquier caso, va por libre.