En pleno boom de las series true crime, nos llega un nuevo título que pone el foco en una faceta habitualmente olvidada de este tipo de relatos. ‘Happy Face’ (‘Cara feliz’) no sigue ni a las víctimas, ni a los investigadores que apresaron al asesino en serie que mató a ocho mujeres en Estados Unidos durante los años 90. La serie se centra en dar voz a alguien que rara vez la tiene en este tipo de historias: la hija del criminal. El hecho de que el matrimonio formado por Robert y Michelle King, creadores de ‘The Good Wife’ y su ‘spin off’ ‘The Good Fight’, figure en la producción ejecutiva aporta un cierto prestigio, aunque el resultado final quizá se resienta por un formato demasiado televisivo. Puede que en este caso ellos se hayan limitado a poner su nombre para apadrinar el proyecto y buena parte del peso descansa en Melissa Moore, la protagonista de la historia cuya vida real inspira el argumento. En su día hizo un podcast para contar su experiencia y aquel fue el germen de esta miniserie de ocho episodios. Desde este jueves ya está al completo en SkyShowtime.
Con quince años, Melissa descubrió que su padre, Keith Jesperson, había sido detenido como principal sospechoso de ser un asesino en serie. En ningún momento, se trata de blanquear estos crímenes, ni presentar la cara amable del criminal. Desde el inicio, se deja claro que ella repudia estos asesinatos. A pesar de ello, tanto Melissa como su familia, tienen que cargar con el estigma de lo que hizo su padre. Las miradas, los susurros a sus espaldas, las preguntas implícitas… ¿lo sabían?, ¿hicieron algo para despertar ese lado oscuro?, o ¿llevará ella en sus genes esa misma semilla asesina? Melissa ha mantenido ese pasado oculto, incluso a sus propios hijos, hasta que su historia sale a la luz. Ha tratado de rehacer su vida lejos de las garras de su padre, aunque él sigue intentando contactar con ella desde prisión.
Paradójicamente, no es que haya estado muy alejada del ojo del huracán, ya que trabaja como maquilladora en un programa de televisión de reportajes true crime. Ese entorno profesional le sirve para intentar comprender la inclinación al mal e intentar reconocer si hay algo dentro de ella que pueda sacar la herencia genética de su padre. Su pasado le permite empatizar con las víctimas y entender lo que sienten, por lo que muy habitualmente sus compañeros de trabajo suelen pedirla que use sus dones para que convenza a las víctimas de contar su historia.
La historia arranca cuando su padre contacta con el programa donde trabaja Melissa para confesar un nuevo crimen por el que nunca fue acusado, pero solo impone una condición: solo lo hará si ella está presente. Esta es su manera de forzar que el pasado de la joven salga a la luz y que todo su entorno sepa quién es realmente su familia. El dilema para ella está servido, ya que por ese asesinato, hay una persona en prisión a punto de ser ejecutada. Para complicar más la historia, la familia de la víctima no quiere ni oír hablar de estas nuevas pruebas, convencida de que el verdadero asesino ya está entre rejas.
Con la investigación de este nuevo crimen del ‘asesino de la cara feliz’, la serie muestra el ecosistema que gira en torno a esta industria. Desde las víctimas, a escritores en busca de éxito entrevistando a asesinos en prisión, pasando por fiscales reacios a admitir que se equivocaron. Por cierto, que estos criminales se han convertido en celebridades con ciertos privilegios dentro de la prisión. Hemos tenido ejemplos muy cercanos con algunos asesinatos muy mediáticos en la prensa española. Volviendo a la serie, ¿no llama la atención la facilidad con la que Keith accede a móviles desde su celda?
Dennis Quaid es la estrella más conocida del reparto y encarna al asesino. Para él, es una oportunidad de lucir su faceta más histriónica y poner caras a lo Jack Nicholson, como a veces le gusta hacer. En el papel de Mellissa tenemos a Annaleigh Ashford, actriz de ‘Masters of Sex’ o ‘American Crime Story’, que aquí encarna su primer papel como protagonista absoluta. Su personaje recuerda en algunos aspectos al de Alicia Florrick, por la presión de ver expuestos ante la opinión pública los aspectos más oscuros de su vida personal. Lidia con sentimientos encontrados al recordar una infancia que, en teoría, debía haber sido feliz y que quedó destrozada por la pérdida de su inocencia. Melissa ha luchado por pasar página y reconstruir su vida. Ésta es la historia de cómo lo consigue. Aunque se trata de una historia cerrada que acaba en su último episodio, los guionistas han sabido guardarse suficientes cartas en la manga para poder contar nuevas historias si alguien decidiera aprobar una segunda temporada.