El Barça ha vuelto a caer en las semifinales de la Champions ante el Magdeburgo por 30-31 con un tanto sobre la bocina en un partido que ha tenido como tristes protagonistas a los colegiados macedonios Nikolov y Nachevski con tres tarjetas rojas a Thiagus Petrus, Jonathan Carlsbogard y Aitor Ariño.
Por tanto, el campeón en 2023 se medirá este domingo en la gran final al Füchse Berlin, que pasó por encima del Nantes en la primera semifinal. El conjunto galo se jugará la tercera plaza frente a los de Carlos Ortega en un duelo que interesa poco o nada. Cosas de la EHF, capaz de poner una pista que resbala en una Final Four.
El cuadro azulgrana empezó muy inspirado en ataque, con Domen Makuc llevando la manija y con un sensacional Dika Mem como principal finalizador. Enfrente, los germanos recurrían a su juego de uno para uno contra el centro defensivo, con el supuestamente lesionado Gisli Kristjansson yendo de menos a más.
Dika Mem llevaba cuatro goles sin fallo en el 7-5 (min. 9:28) y dos goles seguidos de Makuc ampliaron esa ventaja del defensor del título (10-7, min. 13:26). Ómar Ingi Magnusson se erigía en el principal faro ofensivo del subcampeón de la Bundesliga, que no encontraba la manera de frenar el juego combinativo blaugrana.
Un tanto del recién incorporado Melvyn Richardson situó al Barça con cuatro goles de renta (16-12, min. 22:15). Sin embargo, la primera parte empezó a torcerse, ya que la defensa del Magdeburgo empezó a hacer daño y llegaron un par de pérdidas que aprovechó Albin Lagergren para anotar dos goles (17-15).
Domen Makuc tantea un posible pase a Luís Frade / EHF
Ahí llegó una vergonzosa decisión arbitral como la de la primera semifinal con Gidsel. El supuestamente lesionado Gisli Kristjansson fue al choque, bajó el centro de gravedad y se llevó un golpe en la cara con la mano de Thiagus Petrus. Los macedonios fueron a la ‘tele’ y le mostraron la roja directa. Penoso. Indignante.
El Barça perdió el norte en ataque y echó de menos al brasileño en defensa, lo que alimentó la reacción de los de Bennet Wiegert, que se fueron al descanso con las tablas gracias a los tantos de Kristjansson y Lagergren (18-18). Las sensaciones no eran buenas y Thiagus Petrus era una baja clave para el segundo acto.
El Barça apretó los dientes en defensa sin el brasileño y la igualdad era máxima. Magnusson empató con un golazo para destacarse como gran referente del cuadro alemán (21-21). Ahí pudieron adelantarse los alemanes en un lanzamiento de Saugstrup que se marchó ligeramente desviado.
El Magdeburgo seguía haciendo la goma y reaccionó cuando se vio tres goles abajo después de seis minutos de sequía ofensiva (24-21). Un tanto de Damgaard y dos de siete metros de Magnusson volvieron a poner las tablas en el imponente Lanxess Arena y el islandés adelantó a los suyos por primera vez (24-25, min. 46:04).
Para completar las malas noticias, Dika Mem se retiró con problemas musculares y dejó al Barça por debajo en el marcador y al límite. El Magdeburgo alternaba ventajas por la mínima y empates, con el ‘fantasma’ del -2 revoloteando por el Lanxess Arena (26-27, min. 50:19).
Mención especial para Juan Palomino en defensa. El caso es que los azulgranas volvieron a marcharse con sendos goles a puerta vacía del propio Nielsen y de Carlsbogard (27-27) y los alemanes respondieron con un 0-2 (29-29). Se sucedían los siete metros y la ‘pinta’ no era buena… como tantas otras veces ante el ‘SCM’.
El Barça peleó hasta el final y tuvo el partido muy de cara con un gol de Ariño (30-29), pero ahí los colegiados se disfrazaron de pistoleros baratos y expulsaron a Carlsbogard y a Ariño (por la misma acción que a Gidsel, porque resbaló en una pista resbaladiza). Al final, seis contra cuatro y gol de Hornke sobre la bocina (30-31).
