El petróleo ha subido con muchísima fuerza tras el ataque de Israel a Irán, que escala las tensiones geopolíticas hasta niveles muy peligrosos. El crudo se ha anotado subidas cercanas al 7,5%, con el barril de Brent y el de WTI por encima de los 73 dólares, aunque modera las subidas de más del 13% que llegó a registrar esta materia prima.
El riesgo para los mercados petroleros radica en el suministro tanto de Teherán como de otros actores regionales que podrían verse arrastrados al conflicto. La producción iraní fue de 3,305 millones de barriles por día en abril, según el Informe Mensual del Mercado Petrolero de mayo de la OPEP, que recopila evaluaciones de fuentes analistas independientes.
Los inversores temen que Irán responda atacando objetivos israelíes o estadounidenses, lo que llevaría a una gran escalada militar y a una posible interrupción del suministro, apunta Andy Lipow, presidente de Lipow Oil Associates. «Irán sabe perfectamente que el presidente Donald Trump está enfocado en mantener bajos los precios de la energía», ha indicado este experto a ‘CNBC’, dejando entrever que Estados Unidos podría tener que mediar para evitar ser perjudicado.
Los mercados del petróleo han ignorado en gran medida los riesgos geopolíticos durante el último año, por lo que estos acontecimientos recientes son una «llamada de atención» de que esos riesgos son más «tangibles e inminentes» de lo que muchos piensan explica Saul Kavonic, director de investigación energética en MST Marquee.
«Pero los ataques provocarán algún tipo de represalia, que fácilmente, incluso sin intención, podría descontrolarse», advierte Kavonic, quien también ha apuntado que los ataques aéreos de Tel Aviv podrían envalentonar a los sectores más radicales de Irán que consideran que deben responder con la misma intensidad a este ataque.
Por su parte, los analistas de Barclays señalan que el «peor escenario posible aún no está reflejado en los precios» y manifiestan la incertidumbre de cara al futuro si «Arabia Saudí u otros actores regionales apoyaron a Israel en estos ataques». Teherán y Riad han tenido históricamente una relación tensa, pero acordaron restablecer lazos en un acuerdo mediado por China en marzo de 2023.
Por otro lado, algunos analistas apuntan que Irán podría intentar bloquear el estrecho de Ormuz, un canal que conecta el golfo Pérsico con el golfo de Omán, por donde trasita una quinta parte del suministro mundial de petróleo.
Según Warren Peterson, estratega de materias primas de ING Research, una interrupción «significativa» en este paso «sería suficiente para impulsar los precios a 120 dólares por barril». De hecho, si las interrupciones se mantienen hacia finales de año, este experto ve al barril de Brent «cotizando a nuevos máximos históricos, superando el récord de cerca de 150 dólares por barril de 2008».
No obstante, Ellen Wald, cofundadora de Washington Ivy Advisors, reconoce a ‘CNBC’ que esta manobra no tiene «ningún beneficio neto» para Teherán y también es debatible si tiene la capacidad para mantener un bloqueo completo durante un largo período de tiempo.
Por su parte, Kathleen Brooks, directora de investigación de XTB, opina que, si el precio del crudo continúa subiendo hacia los 100 dólares, podríamos ver que el mercado de futuros de tasas de interés descarte recortes tanto en EEUU como en Europa, lo que podría añadir presión bajista sobre las acciones. «Sin embargo, si no hay una escalada nuclear, creemos que los precios del petróleo podrían estabilizarse nuevamente en torno a los 70 dólares por barril«, añade.
De su lado, Ipek Ozkardeskaya, analista sénior de Swissquote Bank, recuerda que se espera que Estados Unidos e Irán se reúnan en Omán este domingo para hablar sobre el programa nuclear iraní, por lo que podría haber novedades importantes que afecten a este mercado.
Por otro lado, Wald destaca que un alza en los precios del petróleo causada por el cierre del estrecho de Ormuz podría enfurecer al mayor cliente de petróleo de Irán: China. «China no quiere que se interrumpa el flujo de petróleo desde el golfo Pérsico bajo ninguna circunstancia, y tampoco quiere que suba el precio del crudo. Así que ejercerán todo su poder económico sobre Irán», reflexiona.
«No creo que estemos viendo algo tan grave como la invasión de Ucrania por parte de Rusia. No representa una amenaza tan significativa para el suministro de petróleo«, concluye Wald.
OPERACIÓN MILITAR «UNILATERAL»
Como les venimos contando, Tel Aviv ha lanzado una «operación selectiva» contra el programa nuclear y de misiles balísticos de Irán, según Benjamin Netanyahu, primer ministro israelí. El mandatario ha señalado que Israel ha atacado la principal instalación de enriquecimiento de uranio en Natanz, así como a sus principales científicos nucleares, entre los que se encuentran Fereydoun Abbasi-Davani y Mohammad Mehdi Tehranchi,
Israel también ha atacado la ciudad de Khandab, donde se encuentra un reactor nuclear de agua pesada. Asimismo, también se ha alcanzado Khoramabad, donde se encuentra una base de misiles balísticos. De igual modo, los ataques israelíes se han saldado con la muerte del jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria, Hossein Salami, y del Jefe del Estado Mayor, Mohammad Bagheri, entre otros.
«Esta operación continuará durante todos los días que sean necesarios para eliminar esta amenaza», afirmó Netanyahu. Asimismo, ha advertido a la población israelí de lo que viene: es probable que tengan que pasar largos periodos en refugios antiaéreos ante la esperada represalia de Irán.
De hecho, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, ha declarado el estado de emergencia poco después del inicio de los ataques y también ha advertido a la población que «se espera un ataque con misiles y drones contra el Estado de Israel y su población civil en el futuro inmediato». Además, Israel ha decidido cerrar su espacio aéreo y suspender todos los vuelos entrantes y salientes.
Irán ya ha prometido una respuesta contundente contra Israel y EEUU. Tal y como ha dicho el líder supremo de Irán, Ali Jamenei, el país vengará los ataques de este viernes: «Con este crimen, el régimen sionista se ha impuesto un destino amargo y doloroso, y sin duda lo afrontará», ha asegurado.
Es más, el ministro de Exteriores iraní, Abbas Araqchi, considera el ataque de Israel «una declaración de guerra contra la República Islámica de Irán» por parte del «régimen más terrorista del mundo», que ha cruzado ya «todas las líneas rojas».
«Estas acciones coordinadas equivalen a una declaración de guerra contra la República Islámica de Irán y forman parte de un patrón de conducta ilegal y desestabilizadora por parte de Israel en la región, lo cual representa una grave amenaza para la paz y la seguridad internacionales«, ha agregado.
Asimismo, Araqchi ha advertido que Irán reafirma su derecho inherente a la legítima defensa, por lo que responderá «de manera firme y proporcional» al ataque israelí.
En este sentido, Irán ha pedido una reunión urgente e inmediata del Consejo de Seguridad de la ONU para que este organismo «cumpla su responsabilidad, condene este acto de agresión y haga que Israel rinda cumplida cuenta de sus crímenes«, en una carta del ministro de Exteriores, Abbas Araghchi, enviada a la presidencia del Consejo y al secretario general de la ONU.
Por su parte, Estados Unidos ha tratado de distanciarse de esta operación que el secretario de Estado, Marco Rubio, define como «unilateral». «No estamos involucrados en los ataques contra Irán y nuestra máxima prioridad es proteger a las fuerzas estadounidenses en la región. Israel nos informó que consideraban esta acción necesaria para su autodefensa», ha explicado en un comunicado.
Este jueves, el presidente Donald Trump había reconocido que un ataque israelí «parece algo muy posible», pero también enfatizó que Estados Unidos preferiría negociar un acuerdo sobre enriquecimiento nuclear antes que un ataque militar. Finalmente, no ha sido posible.
Los acontecimientos se producen después de que Irán anunciara que crearía una nueva instalación de enriquecimiento de uranio, además de nuevos planes para aumentar la producción de este material.
La decisión de Teherán llegó después de que la Junta de Gobernadores del organismo de control nuclear de la ONU, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), determinase que el país no estaba cumpliendo con sus obligaciones de no proliferación. Además, la sentencia señalaba que la falta de cooperación de Irán «constituye un incumplimiento de las obligaciones» del país asiático y lo insta a «subsanar urgentemente» el acuerdo de salvaguardia del organismo.
La votación se convocó debido a las reiteradas negativas de Irán durante los últimos seis años a explicar la presencia de material nuclear no declarado en el país en zonas no calificadas como emplazamientos nucleares.