El Gobierno y el PSOE limitan de momento la respuesta al escándalo de Santos Cerdán, que ha colocado a Pedro Sánchez en su peor momento político desde que llegó a la Moncloa, a unos cuantos cambios en la dirección del partido y una auditoría externa de sus cuentas para despejar las sospechas de financiación irregular. No habrá elecciones anticipadas, dejó claro el jefe del Ejecutivo el jueves por la tarde, y tampoco una cuestión de confianza para que Sánchez compruebe si mantiene el apoyo de la mayoría del Congreso tras la salida del hasta ahora secretario de Organización socialista, presuntamente implicado en el cobro de comisiones a cambio de la adjudicación de obras públicas.
Todos los socios del PSOE, empezando por Sumar, que forma parte de la coalición dentro del Gobierno, reprochan a Sánchez la gestión de este caso. Tras escuchar al jefe del Ejecutivo, muchos tacharon sus explicaciones de “insuficientes”. Pero ninguno, al menos de momento, ha anunciado que retira su apoyo. Así que los socialistas consideran que no hay motivos para que Sánchez se someta a una cuestión de confianza, una iniciativa con la que llegó a amagar Junts hace varios meses, por cuestiones ajenas a los escándalos de corrupción.
La confianza del Congreso, ha señalado Óscar López en la Cadena Ser, se muestra “ley a ley”. Ministro de Transformación Digital, líder del PSOE en Madrid y uno de los dirigentes que mejor conocen a Sánchez, López ha intentado insuflar ánimo a los cargos, afiliados y simpatizantes socialistas, la mayoría en estado de shock por las presuntas prácticas corruptas de Cerdán, a quien el Gobierno defendió con ahínco hasta que el jueves se hizo público un informe de la UCO que contiene contundentes pruebas en su contra y conversaciones comprometedoras entre el exnumero tres del partido, José Luis Ábalos (su antecesor en la Secretaría de Organización) y Koldo García.
El presidente, «muy dolido»
“Las conversaciones son infumables, incompatibles con el PSOE. Pero este partido actúa con contundencia. Ese es nuestro patrimonio”, ha argumentado López. “Es evidente que esto afecta al Ejecutivo. Pero lo importante es cómo respondemos. Yo lo que quiero es que mi presidente y líder siga dando argumentos de que no actuamos igual. Y luego los ciudadanos juzgarán. Todo a su tiempo”, ha continuado el ministro, quien también ha explicado que Sánchez “está muy dolido”.