Valencia Basket arrolla a Tenerife para ponerse a una victoria de su tercera final ACB (105-74)

Valencia Basket conduce sin frenos. Le gusta correr, mucho, y acelera en las curvas cuando está con confianza, como ahora. Reta a sus rivales a pilotar sin frenos, sin levantar el pie del acelerador, algo que pocos le resisten. Laguna Tenerife lo ha sufrido esta semana dos veces. El conjunto más eficaz jugando a menos posesiones se ha visto atropellado por el bólido taronja, hasta el punto de estar casi eliminado. El martes perdió por 18… el jueves por 31 (105-74). Un menos 49 global. 

El jueves empezó Scrubb con cinco puntos y se cerró el grifo. El parcial fue descomunal. 15-0. De 0-5 a 15-5. Otra vez la defensa. Esta vez sin Shermadini de titular, para hacerlo entrar en escenario más lento, más propicio. Pero no así. El georgiano, una roca, empeoró su primer aciago partido. Era casi impensable en un jugador de su calibre. Primer cuarto se cerró 23-10, pero Montero estaba juguetón. El coraje de Fitipaldo, con sus 16 puntos al descanso, no era suficiente para contener a los valencianos. Desaparecidos Shermadini, Jaime Fernández y Aaron Doornekamp, poco podía hacer ante las rachas taronja. Sestina, Ojeleye, Badio… un chaparrón para sumarlos a los 500 triples anotados durante esta 24/25, cifra récord en la historia de la ACB. Al descanso, 55-35, un agujero en el marcador, pero sobre todo en la confianza isleña.

La vuelta fue peor. Valencia Basket detectó la debilidad y la atacó sin compasión. Sin rebajar el listón defensivo y sumando acciones. Racha de Costello, otra de Badio, otra de Sestina… y mucho trabajo de intendencia de dos campeones de Europa con España, Pradilla y López-Arostegui. El pívot está tremendo en lo suyo, el rebote y al defensa, pero es que está repartiendo juego como un base. El guipuzcoano ya salió bien y valiente el martes y el jueves mostró su versión top. Nueve puntos y ocho rebotes para un 19 de valoración. A este nivel, XLA es muy valioso. 75-47, minuto 30. 

Los último diez fueron de tortura. Tan claro lo vio Vidorreta que Huertas y Shermadini casi ni pisaron el parqué hasta el final. Para qué. Costa recibió un aplauso de la Fonteta después de una de sus canastas de profesionalidad absoluta, de caer con las botas puestas. Hasta los 19 se fue el escolta, con cinco de seis en triples. Fueron minutos para ver al mejor Joel Soriano desde que llegó, con 11 puntos y 7 rebotes. El sábado será otra historia, más complicada, pero si los valencianos no pisan el freno, mucho efecto debe surtir la faceta de psicólogo de Vidorreta para que la eliminatoria vuelva a la Fonteta.

Tampoco le funcionó la zona 2-3 a Vidorreta, ni hacerla con cinco pequeños. A este Valencia Basket, un equipo tan veterano, con solo 48 horas de diferencia, no le está dando para recuperar ni las piernas ni la mente. Además, es tal la consistencia de los taronja, que la media habitual en tiros de dos de los tinerfeños (por encima del 60 por ciento), no está llegando al 40 por ciento en esta serie. El ritmo lo controlan los de Pedro, la eliminatoria también. 

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