Ucrania apunta a cazas rusos armados con misiles hipersónicos

Ucrania golpea Savasleyka, daña MiG-31K y Su-30/34, lo que afecta la capacidad rusa para lanzar misiles Kinzhal.

Ucrania ejecuta ataque de largo alcance contra Savasleyka

En la noche del 8 al 9 de junio de 2025, fuerzas ucranianas llevaron a cabo un ataque contra la base aérea de Savasleyka, ubicada en la región de Nizhni Nóvgorod, a unos 650 kilómetros del territorio ucraniano. El objetivo principal fue la infraestructura militar rusa, específicamente aviones utilizados para operaciones ofensivas. Según informes, el ataque se saldó con la destrucción o daño de al menos dos aeronaves: un MiG-31K y un Su-30 o Su-34. Estos aviones son esenciales para las operaciones aéreas rusas, particularmente por su capacidad para desplegar misiles hipersónicos Kinzhal. La acción marcó un nuevo hito en la capacidad ucraniana para realizar operaciones de largo alcance dentro de territorio enemigo.

La base de Savasleyka alberga aviones de combate avanzados, incluidos los MiG-31K, diseñados específicamente para transportar misiles Kinzhal. Estos misiles, capaces de alcanzar velocidades de hasta Mach 10 (12.348 km/h) y con un alcance de aproximadamente 484 kilómetros, son un componente clave del arsenal ruso para ataques a larga distancia. La destrucción de un MiG-31K, una plataforma difícil de reemplazar, representa una pérdida significativa para las fuerzas aéreas rusas, ya que solo un número limitado de estos aviones han sido modificados para llevar este tipo de armamento.

El ataque se ejecutó mediante el uso de drones de largo alcance, según videos no confirmados que circulan en línea, los cuales muestran explosiones y columnas de humo en la base. Testigos locales reportaron haber escuchado múltiples detonaciones en la zona, lo que contradice las afirmaciones rusas de haber repelido el ataque. Imágenes satelitales previas de la base, analizadas en agosto de 2024, indicaban la presencia de entre seis y once MiG-31, aunque no se han observado Su-30 o Su-34 en ese lugar, lo que genera cierta incertidumbre sobre el segundo avión afectado.

El valor estimado de los activos destruidos supera los $110,5 millones, considerando el costo de los aviones y su equipamiento. Cada misil Kinzhal tiene un costo aproximado de $14,82 millones, y la pérdida de plataformas capaces de lanzarlos reduce la capacidad rusa para proyectar poder aéreo de manera efectiva contra objetivos ucranianos.

Datos clave sobre el ataque a Savasleyka

  • Fecha: Noche del 8 al 9 de junio de 2025.
  • Ubicación: Base aérea de Savasleyka, Nizhni Nóvgorod, Rusia, a 650 km de Ucrania.
  • Aviones afectados: Un MiG-31K y un Su-30 o Su-34, según reportes preliminares.
  • Armamento clave: Misiles hipersónicos Kinzhal, con velocidad de Mach 10 y alcance de 484 km.
  • Método: Drones de largo alcance, según videos no confirmados.
  • Impacto: Pérdidas estimadas en $110,5 millones.

Contexto de la Operación Telaraña y escalada reciente

El ataque a Savasleyka se produce poco más de una semana después de la Operación Telaraña, ejecutada el 1 de junio de 2025. Esta operación, liderada por el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), involucró el uso de 117 drones lanzados desde posiciones encubiertas dentro de Rusia. El objetivo fue atacar cuatro bases aéreas rusas: BelayaDyagilevoOlenya e Ivanovo. Los daños reportados incluyeron la destrucción de aproximadamente 40 aeronaves, entre ellas bombarderos estratégicos Tu-95Tu-22M3 y un avión de alerta temprana A-50. Las pérdidas totales se estimaron en cerca de $7 mil millones, lo que representó un golpe significativo a la aviación estratégica rusa.

Imágenes satelitales publicadas tras la Operación Telaraña confirmaron la destrucción de al menos cuatro Tu-22M3 en la base de Belaya y daños en otros aviones en Olenya. Los drones utilizados en esta operación emplearon tecnología de inteligencia artificial para localizar y atacar objetivos incluso después de perder la señal de control, lo que demuestra un avance en las capacidades tecnológicas ucranianas. Este ataque previo debilitó la capacidad rusa para realizar bombardeos estratégicos de largo alcance, lo que pudo haber motivado una respuesta más agresiva por parte de Rusia.

El 9 de junio de 2025, horas después del ataque a Savasleyka, Rusia lanzó un asalto aéreo masivo contra Kiev, empleando cerca de 500 drones y misiles. Este ataque, el mayor de la guerra hasta la fecha, buscó saturar las defensas antiaéreas ucranianas y causar daños significativos en la capital. La fuerza aérea ucraniana reportó haber derribado 460 drones y 19 misiles, incluidos cuatro Kinzhal, lo que demuestra la capacidad de sistemas como el Patriot de Estados Unidos para interceptar estos misiles, a pesar de las afirmaciones rusas de su invulnerabilidad.

La intensificación de los ataques ucranianos en territorio ruso, combinada con la respuesta rusa, ha obligado a Rusia a redistribuir recursos defensivos, reubicar aviones a bases más al este y retrasar operaciones ofensivas, lo que afecta su logística y tiempos de respuesta. La capacidad de Ucrania para eludir las defensas antiaéreas rusas, incluso a cientos de kilómetros del frente, representa un desafío estratégico para Moscú.

Evolución de la guerra de drones y su impacto estratégico

Los recientes ataques ucranianos destacan el papel creciente de los drones de largo alcance en la guerra. Estas armas han permitido a Ucrania atacar objetivos estratégicos lejos de las líneas del frente, transformando zonas previamente seguras en blancos viables. La Operación Telaraña y el ataque a Savasleyka muestran avances en la precisión y autonomía de los drones ucranianos, capaces de operar en entornos con fuertes contramedidas electrónicas.

La destrucción de equipos costosos y difíciles de reemplazar, como el MiG-31K, reduce la capacidad ofensiva rusa y genera presión sobre la logística militar de Rusia. La reubicación de aviones a bases más alejadas implica mayores tiempos de vuelo y consumo de combustible, lo que limita la frecuencia de las operaciones. Además, los ataques han expuesto vulnerabilidades en las defensas antiaéreas rusas, que no lograron impedir el ingreso de drones a más de 650 kilómetros dentro de su territorio.

Por otro lado, los asaltos rusos a gran escala, como el del 9 de junio en Kiev, buscan agotar las reservas de misiles antiaéreos ucranianos y debilitar su infraestructura defensiva. La capacidad de Ucrania para interceptar una proporción significativa de los proyectiles rusos, incluidos los Kinzhal, refuerza la confianza en los sistemas de defensa occidentales y desafía la narrativa rusa sobre la superioridad de su armamento hipersónico.

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