La ropa nueva no siempre es sinónimo de limpieza. Aunque muchas personas creen que está lista para usarse al salir de la tienda, expertos en salud y cuidado textil insisten en la necesidad de lavarla antes del primer uso.
De hecho, además de eliminar posibles residuos de suciedad acumulados durante su manipulación, el lavado previo ayuda a retirar sustancias químicas presentes en el proceso de fabricación que podrían irritar la piel.
«La ropa nueva no es tan nueva como crees»
En este contexto, Veka Gómez, creadora de contenido enfocada en bienestar y vida sostenible, conocida en redes sociales como Vekalife, ha lanzado una advertencia que se ha viralizado: «La ropa nueva no es tan nueva como crees», afirma en una de sus publicaciones, en la que explica por qué lavar las prendas antes de usarlas es más importante de lo que muchos piensan.
Durante el proceso de fabricación, almacenamiento y distribución, la ropa entra en contacto con distintos agentes potencialmente nocivos. Desde residuos de tintes y selladores químicos, hasta el polvo y la manipulación por parte de trabajadores, transportistas y consumidores en tiendas, las prendas nuevas pueden acumular una considerable carga de contaminantes. «¿Te imaginas cuántas personas la han tocado?«, señala la especialista.
Según expertos, estos residuos pueden provocar reacciones alérgicas, irritaciones cutáneas o picazón, especialmente en personas con piel sensible o en menores de edad. Además, muchas telas contienen compuestos que sellan los colores o la textura, y que impiden que las fibras respiren correctamente si no se eliminan mediante el lavado.
Los consejos de vekalife
Entre las recomendaciones de vekalife, se sugiere realizar un primer lavado antes del uso, preferentemente utilizando un detergente suave y evitando el uso de suavizantes convencionales, ya que estos pueden contener fragancias sintéticas o componentes irritantes.
Además, la también influencer recomienda «revisar cuidadosamente las etiquetas de cuidado, dar la vuelta a las prendas para proteger los colores, y emplear métodos naturales como el vinagre blanco y la sal para eliminar residuos y fijar los tonos».
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Más allá de la higiene personal, este primer lavado también contribuye a preservar la calidad y durabilidad de las prendas. Al eliminar los químicos residuales, se evita el deterioro prematuro de la tela y se mejora su adaptación al uso diario.