¿Bicicletas estáticas?


Veo puertas como el otro veía muertos. No las que están a la vista del público, sino las que se esconden en lugares de apariencia inocua. Cené en la casa de un amigo, por ejemplo, en cuyo salón había una de esas librerías que se abren al sacar un volumen. Lo difícil era averiguar el volumen que actuaba como resorte. Traté de imaginar a dónde daría esa puerta secreta y se lo comenté a mi amigo.

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