Un F-16 ucraniano logra una muerte aire-aire por primera vez

Un F-16 ucraniano logra su primera victoria aire-aire contra un Su-35S ruso el 7 de junio en Kursk, con apoyo de un Saab 340 AEW&C.

F-16 ucraniano logra primera victoria aire-aire en Kursk

El 7 de junio de 2025, un caza Lockheed Martin F-16 operado por la Fuerza Aérea Ucraniana derribó un Sukhoi Su-35S ruso en un combate aire-aire cerca de Korenevo, en la región rusa de Kursk. La operación marcó la primera victoria confirmada de un F-16 ucraniano en este tipo de enfrentamiento. Un avión de alerta temprana y control Saab 340 AEW&C, que fue recientemente integrado a la flota ucraniana, proporcionó datos de seguimiento en tiempo real, ya que detectó al Su-35 a una distancia de entre 200 y 300 kilómetros. El piloto ruso se eyectó antes de que su avión impactara, y los restos quedaron esparcidos en un campo cercano, según imágenes difundidas en redes sociales.

El F-16 involucrado fue un modelo F-16AM de origen holandés, parte de los 24 aviones donados por los Países Bajos a Ucrania. Estos cazas, que fueron introducidos originalmente en 1979, recibieron actualizaciones en aviónica y sistemas de armas, lo que incluye la capacidad de disparar misiles AIM-120 AMRAAM. En este caso, el piloto ucraniano empleó un AIM-120 para neutralizar al Su-35, un caza de cuarta generación y media conocido por su avanzada maniobrabilidad y sistemas electrónicos. La operación se desarrolló durante una misión en la que la Fuerza Aérea Ucraniana atacaba posiciones rusas en la región de Sumy y en territorio ruso adyacente.

Los F-16 comenzaron a llegar a Ucrania en agosto de 2024, tras una campaña diplomática para reemplazar la envejecida flota de cazas soviéticos, como los MiG-29, de los cuales más de la mitad han sido destruidos desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022. Los Países Bajos, que retiraron sus F-16 en septiembre de 2024 tras adoptar los Lockheed Martin F-35, transfirieron estas aeronaves como parte de un esfuerzo liderado por una coalición de países europeos, que incluye a Dinamarca y Noruega, los cuales comprometieron un total de 85 F-16.

El Saab 340 AEW&C, fabricado por Suecia y equipado con el radar Erieye, desempeñó un rol crucial, ya que proporcionó una visión táctica del campo de batalla. Este sistema, que es capaz de detectar objetivos aéreos y marítimos a 450 kilómetros, fue donado por Suecia en mayo de 2024 como parte de un paquete de ayuda militar valorado en $1.370 millones. Su integración con los F-16 ucranianos permite tácticas de emboscada, lo que maximiza la efectividad de los misiles de largo alcance. Sin embargo, la ausencia del sistema de enlace de datos Link 16 en algunos F-16 ucranianos, que fue retirado por restricciones estadounidenses, limita la interoperabilidad con el Saab 340.

Datos clave sobre el combate aéreo en Kursk

  • El Su-35S, valuado en 98-$104 millones, es un pilar de la Fuerza Aérea Rusa, con 110 unidades operativas en 2022.
  • El F-16AM ucraniano usó un misil AIM-120 AMRAAM, con un alcance de hasta 180 kilómetros.
  • El Saab 340 AEW&C detectó al Su-35 a 200-300 kilómetros, ya que operaba desde el espacio aéreo ucraniano.
  • La operación ocurrió a 16 kilómetros dentro de territorio ruso, cerca de Korenevo.
  • Ucrania ha perdido tres F-16 desde agosto de 2024, uno en un accidente en mayo de 2025.

Contexto del enfrentamiento y capacidades de los aviones

El Sukhoi Su-35S, una evolución del Su-27 que entró en servicio en 2012, está diseñado para misiones de superioridad aérea y ataques de precisión. Equipado con radar de barrido electrónico activo y misiles R-37M de largo alcance, puede enfrentar objetivos a 230 kilómetros. Su pérdida en Kursk representa la octava de este modelo en la guerra, según registros independientes. La Fuerza Aérea Rusa ha intentado contrarrestar las operaciones ucranianas con patrullas de Su-35 y aviones de alerta temprana A-50U, pero la combinación de F-16 y Saab 340 ha demostrado ser un desafío significativo.

Por su parte, los F-16AM ucranianos, aunque datan de la década de 1970, han sido modernizados con sistemas de puntería avanzados y compatibilidad con armamento de la OTAN. Su versatilidad permite realizar misiones aire-aire y aire-tierra, lo que incluye el lanzamiento de bombas guiadas Small Diameter Bomb contra posiciones rusas en Kursk. La Fuerza Aérea Ucraniana ha adoptado tácticas de dispersión, ya que opera desde pistas improvisadas y autopistas para proteger sus aviones de ataques rusos.

La región de Kursk, colindante con la provincia ucraniana de Sumy, ha sido un foco de conflicto desde la incursión transfronteriza ucraniana en agosto de 2024, la primera penetración militar significativa en territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial. Rusia lanzó una contraofensiva en marzo de 2025, apoyada por tropas norcoreanas, que recuperó localidades como Sudzha. El derribo del Su-35 se suma a una serie de ataques ucranianos contra activos aéreos rusos, que incluye la operación Spiderweb del 1 de junio de 2025, la cual dañó un tercio de la flota de bombarderos estratégicos rusos con drones.

La integración de equipos occidentales, como el Saab 340 AEW&C y los F-16, ha fortalecido las capacidades ucranianas. Sin embargo, la Fuerza Aérea Ucraniana enfrenta retos, como la vulnerabilidad del Saab 340 a sistemas antiaéreos rusos S-300V4 y misiles R-37M cuando opera cerca de la frontera. Además, la falta de Link 16 en algunos F-16 restringe la transmisión de datos en tiempo real, lo que podría limitar la efectividad de futuras misiones.

Evolución de la Fuerza Aérea Ucraniana y perspectivas

La Fuerza Aérea Ucraniana ha diversificado su inventario con aviones occidentales, que incluyen los Dassault Mirage 2000-5F franceses, entregados desde enero de 2025. Estos cazas, equipados con misiles MICA y bombas guiadas AASM Hammer, complementan a los F-16 en misiones de defensa antiaérea y ataque. La transición hacia sistemas de la OTAN, iniciada en 2024, incluye también la modernización de aviones soviéticos, como los Su-24, que fueron adaptados para lanzar misiles Storm Shadow.

El derribo del Su-35 destaca la creciente capacidad ucraniana para desafiar la superioridad aérea rusa, especialmente en zonas fronterizas. La operación en Kursk, ejecutada a 16 kilómetros dentro de Rusia, demuestra la audacia táctica de Ucrania y el impacto de la asistencia militar occidental. La Fuerza Aérea Ucraniana ha incrementado sus operaciones ofensivas, ya que utiliza F-16 para escoltar cazas soviéticos y atacar objetivos terrestres, lo que indica una evolución hacia misiones más complejas.

Rusia, por su parte, planea aumentar la producción de Su-35, Su-34 y Su-57 en 2025, según la United Aircraft Corporation. Además, busca exportar estos modelos a mercados del sudeste asiático en la exposición LIMA 2025 en Malasia. Sin embargo, las pérdidas acumuladas, que incluyen el Su-35 en Kursk, podrían presionar los recursos aéreos rusos, especialmente tras los daños causados por los ataques ucranianos a sus aeródromos.



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