El mundo del trail running y la nutrición deportiva llora la pérdida de Cristina Santurino. La atleta madrileña, referente nacional en carreras de ultradistancia y doctora summa cum laude en Ciencias de la Alimentación, ha fallecido este martes 10 de junio, el mismo día en que cumplía 36 años. Su muerte ha sacudido al colectivo de corredores de montaña y a quienes la conocieron en el ámbito académico, donde se convirtió en una voz autorizada contra los mitos de la alimentación en el deporte.
Santurino, inscrita en la Trail 100 Andorra de este fin de semana, residía desde hacía años en la isla de El Hierro, donde había encontrado no solo un entorno ideal para entrenar, sino también una forma de vida más conectada con la naturaleza. En las redes sociales, su perfil siempre combinaba imágenes de crestas volcánicas con reflexiones sobre fisiología, rendimiento y salud. «Cada atleta es diferente, y sus necesidades también lo son», decía con firmeza en su página web, desde la que ofrecía asesoramiento personalizado a corredores, ciclistas y deportistas de resistencia.
Cristina fue una pionera dentro y fuera de los senderos. En 2020, en plena desescalada del confinamiento por la pandemia, protagonizó uno de los retos más comentados de la comunidad runner en Madrid: recorrer el anillo ciclista de 64 kilómetros en solitario, sin avituallamientos, y hacerlo en 5 horas y 26 minutos. No fue solo una demostración de resistencia física, sino también de compromiso mental. Su gesta se interpretó como un símbolo de libertad tras los meses más duros del encierro.
Su trayectoria deportiva está plagada de podios y actuaciones memorables. El Gran Trail de Peñalara —una de las citas más emblemáticas del ultra español— fue su feudo natural. Allí conquistó victorias tanto en el TEP (62 km) como en la distancia reina del GTP (104 km), demostrando una capacidad excepcional para gestionar el esfuerzo en carreras de montaña de alta exigencia. También compitió fuera de España, participando en pruebas técnicas de los Alpes y Canarias, donde se convirtió en una habitual de la Tenerife Bluetrail o la Transvulcania.
Pero quizá su mayor legado está en el conocimiento que compartió. Doctora en Ciencias de la Alimentación por la Universidad Internacional de Valencia, Santurino defendió su tesis con la máxima calificación y dedicó buena parte de su vida profesional a desmentir bulos sobre nutrición deportiva. Enseñó a leer etiquetas, a entender la diferencia entre rendimiento y salud, y a planificar estrategias de alimentación realistas para pruebas de ultradistancia.
«Eso me ha llevado a querer ayudar a otros deportistas a mejorar su rendimiento, sus hábitos de alimentación y su composición corporal para que consigan cumplir con éxito sus objetivos deportivos con salud», explicaba en sus formaciones. Cristina no solo hablaba de hidratos, proteínas y grasas. Hablaba de autoconocimiento, de respeto por los ciclos del cuerpo, y de cómo una buena planificación puede marcar la diferencia entre el abandono y la gloria.
Su fallecimiento, confirmado este martes por fuentes cercanas, ha provocado una oleada de mensajes de dolor y reconocimiento en redes sociales. Compañeros de entrenamientos, rivales en carreras, organizadores y antiguos alumnos han compartido recuerdos en los que se repite un mismo patrón: Cristina era generosa, rigurosa y profundamente humana.