Jorge Javier Vázquez ha aprovechado su blog semanal en la revista Lecturas para lanzar una reflexión sobre el rumbo que han tomado tanto la televisión como el discurso político. El presentador recuerda, por ejemplo, cómo fue evolucionando el tono de ‘Aquí hay tomate’, el espacio que condujo junto a Carmen Alcayde: «El programa tenía mucho que ver con el humor. Poco a poco nos fuimos convirtiendo en jueces con más o menos gracia, hasta que aquello rozaba en ocasiones la Inquisición«.
Según explica, la comedia fue dejando paso a una tensión impuesta desde la dirección: “Nos recordaban por el pinganillo lo de ‘tensión, tensión’, porque tanto Carmen como yo tendíamos a la risa. Pero la tensión es como una droga. El espectador despliega tolerancia a las dosis y cada día necesita un poquito más”.
Vázquez alerta de las consecuencias de ese ritmo imparable: «Llega un programa en el que alguien se pregunta: ‘¿Pero cómo hemos podido llegar hasta aquí?’ Y cuando llega ese momento es terrible. No puedes retroceder porque has acostumbrado a tus espectadores a la ‘marcha, marcha, queremos marcha’». Una dinámica que, a su juicio, también se ha trasladado a la política actual.
En su opinión, el clima crispado se ha visto alimentado por casos como el de Leire Díez o las ramificaciones del caso Koldo y Ábalos: “No ayudan a pacificar el ambiente. Confío más en la llegada del verano que en los políticos. Con la playa de por medio, el único conflicto que nos quita el sueño a la mayoría de españoles es que nos quepa con dignidad la ropa del año pasado”.