Los 3 kilos y 225 gramos de heroína que los policías incautaron en los narcopisos del barrio de Covadonga, el supermercado de la droga en Ourense, «posiblemente, es la mayor aprehensión a nivel nacional de heroína en lo que va de año«, destaca el jefe superior de Policía en Galicia, Pedro Pacheco. «Es una de las operaciones más importantes contra el tráfico y el menudeo de los últimos años en Galicia». El responsable del cuerpo en la comunidad y el delegado del Gobierno, Pedro Blanco, comparecieron este lunes en la comisaría provincial de Ourense para analizar los resultados de la operación Copérnico que ha permitido sacar de la calle unas 100.000 dosis de heroína que se podrían haber elaborado con las cantidades incautadas, porque parte de la sustancia se encontraba todavía en roca. El laboratorio de sanidad dirá el grado de pureza del estupefaciente.
En el operativo del pasado miércoles, en el que colaboraron 150 agentes de distintas unidades para dar apoyo a un caso liderado por el grupo provincial de estupefacientes de la comisaría, se desmantelaron cuatro puntos negros, los más importantes de Ourense y, en valores totales, en torno al «70 u 80%» de los lugares de distribución existentes en Ourense. En total, 15 personas fueron detenidas, de las cuales 6 están en prisión provisional desde el pasado sábado, por orden del magistrado instructor. Se realizaron entradas y registros en 10 domicilios «bunkerizados», con grandes medidas de seguridad y dificultades de acceso, para proteger el almacenamiento de la droga y el lugar de menudeo.
Personas interceptadas por la Policía tras la macrorredada de la operación Copérnico. | Policía
Además de los 3,225 kilos de heroína, los agentes encontraron 711 gramos de cocaína y 455 de ‘rebujito’, una mezcla de ambas drogas que produce un efecto explosivo pero más breve. «Es una bomba para el consumidor que causa un daño tremendo en el organismo porque mezcla dos sustancias antagónicas, un depresor y un estimulante«, explica el jefe de la Policía en Galicia.
También se decomisaron 292 gramos de hachís, sustancia de corte, balanzas de precisión y más de 17.467 euros en metálico, que estaban fraccionados en diversos billetes y numerosas monedas, un indicio de su procedencia del menudeo. Todo ese dinero era la recaudación de un solo día en dos narcocasas. La Policía ha abierto una vía para esclarecer posible blanqueo de capitales relacionado con las apuestas deportivas. Los agentes se incautaron de una gran cantidad de recibos premiados que —creen los agentes—, los traficantes compran tras pagar un recargo para así ingresar en ‘A’ y ‘lavar’ dinero.
«Erradicar el tráfico de drogas en su totalidad es prácticamente imposible, pero esta compleja investigación nos ha permitido poner a disposición judicial a personas que llevan muchos años traficando con drogas que estaban causando un grave daño a la salud», resalta el jefe superior. Como ya informó este periódico, como consecuencia del narcotráfico de Covadonga se produjeron nueve casos de muertes por sobredosis o convulsiones debido a intoxicaciones desde agosto de 2019. Solo en lo que va de año se han registrado dos fallecimientos y dos cuadros graves.
El inicio de la operación remite, según la comisaría, a abril de 2021, «resultado del análisis de anteriores investigaciones y operaciones», más actuaciones de prevención por parte de policías de Seguridad Ciudadana. En cinco años, la Policía levantó 762 actas de incautación a personas de pequeñas cantidades de droga en la zona, así como otras 143 de armas blancas.
Entre las pruebas de narcotráfico que han sido incautadas en la Copérnico hay dos ollas con las que los implicados quemaron parte de la droga para borrar pruebas. Aún albergan restos de sustancias que se examinarán en el laboratorio.
Utilizaron productos químicos como el amoníaco y disolventes para acelerar la combustión, para eliminar el rastro y dificultar la atribución por parte de la justicia de la actividad de narcotráfico. Tras sacar al exterior a las personas que estaban consumiendo —en uno de los pisos había una treintena a las 11 de la mañana—, fue necesaria la colaboración de los bomberos para extinguir y ventilar las estancias.
Los narcopisos operaban las 24 horas, mañana, tarde y noche, con encargados que cada poco tiempo cambiaban para dificultar así la labor policial. Había cámaras de seguridad hacia el interior y el exterior, ventanas tapiadas, puertas blindadas y varios tabiques de por medio de pladur, hormigón y hierro hasta la ubicación de la droga. Horas de trabajo y avance por parte de la Policía para poder atravesar esos inmuebles-búnker. En una sala preparaban las dosis y la venta, y en otros habitáculos se consumía.

Ollas, aún con restos de estupefaciente, para quemar droga y borrar pruebas. / IÑAKI OSORIO
Los traficantes se sirven de una red de colaboradores, los llamados ‘aguadores’, que dan la voz de alerta al ver la Policía. «A la más mínima sospecha de entrada y registro empezaron a intentar deshacerse de las evidencias y a destruir la droga», relata Pacheco.
La ‘industria’ de la droga en Covadonga, donde el mundo del menudeo es el modo de vida que se lega de generación en generación entre clanes como el de los vietnamitas, vende desde pequeñas dosis a solo 5 euros, con heroína, cocaína y rebujito en la peligrosa propuesta de menú del día.

Una estancia de una narcocasa de Covadonga, con dosis de distintas drogas ya preparadas para la venta. / POLICÍA
Aumento de delitos
Durante lo que ha transcurrido de año, la Policía ha desarticulado en Galicia 45 puntos negros de venta de droga y ha detenido a unas 60 personas. En el caso de este golpe de Covadonga, «ha sido una investigación larga, que viene de lejos y que requirió muchas horas de trabajo de la Policía. Es una actuación encomiable», valora el delegado del Gobierno.
Pedro Blanco incide en que la lucha contra el problema de la droga no puede limitarse solo al frente policial, sino que requiere intervención por parte de los servicios sociales de otras administraciones, en los campos de la prevención de la adicción y de la asistencia a personas que sufren un problema de salud pública como es la toxicomanía, que atrapa a los afectados en un círculo vicioso. «Hace falta una actuación conjunta», recalca.
«Galicia es la tercera comunidad autónoma más segura y Ourense es una ciudad segura», añade Pedro Blanco. El repunte de delitos —un 11,5% en el dato general del primer trimestre en la provincia—, con una subida de robos o hurtos, ha elevado la preocupación vecinal en barrios como A Ponte y O Vinteún, donde se han celebrado reuniones, concentraciones y surgieron patrullas ciudadanas que pueden llegar a interferir con la acción policial. La comisaría subraya que la operación de Covadonga da respuesta a las «demandas ciudadanas acerca de la problemática derivada del tráfico de estupefacientes en el barrio de Covadonga y zonas aledañas».

Las autoridades examinan la droga incautada por la Policía en Covadonga. / IÑAKI OSORIO
Caen los robos en establecimientos
«Toda aquella problemática vinculada con inseguridad que la Policía tenga que resolver, la resolveremos, pero todo lleva unas actuaciones y un tiempo, porque todas las personas tienen sus derechos», recuerda el jefe superior de Policía en Galicia. Pacheco rebate el alarmismo. «En los últimos meses en Ourense, en determinados hechos delictivos han descendido las cifras, como los robos en establecimientos». No obstante, el responsable autonómico del cuerpo admite que «circunstancias» como el notable aumento de desplazamientos por la estación de alta velocidad, la población y el turismo influyen en la seguridad.
Pedro Blanco asegura que el Ministerio del Interior está «concienciado» sobre la incorporación de efectivos para reforzar las plantillas. «No vamos a cejar en dotar más medios humanos y materiales«, promete. Entre las mejoras que se esperan está la conformación de un grupo completo de la UPR de Seguridad Ciudadana, con el doble de efectivos que el actual.
El sindicato policial Jupol considera que «Ourense está al límite: sin policías, con el catálogo desfasado y con vecinos patrullando las calles«. La organización comparte «la inquietud de los vecinos de A Ponte y O Vinteún ante la creciente inseguridad» en la ciudad. «Los datos lo confirman y la ciudadanía no es tonta: la gente percibe más delitos, más violencia y menos presencia policial», dice Jupol.
«Manifestarse es un derecho fundamental, pero eso de las patrullas ciudadanas… dejen hacer el trabajo a la Policía», expresaba con rotundidad este lunes el delegado del Gobierno en Galicia. «Constitucionalmente, la seguridad ciudadana corresponde a la Policía Nacional, a la Guardia Civil y a la Policía Local». Pedro Blanco emplaza a colaborar desde la sociedad facilitando información a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. «Es como si yo, delegado de Gobierno, que soy de letras, me pongo a operar», compara Blanco.
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