Con gran pesar y tristeza, hemos recibido la noticia del fallecimiento de Eduardo Cáceres Morales, una persona cuya presencia dejó huellas imborrables en quienes tuvimos el privilegio de conocerle. En este momento de dolor, nuestras palabras apenas alcanzan a expresar el gran vacío que sentimos.
Eduardo Cáceres Morales será recordado como un ser humano íntegro, generoso, amante de la lectura, de la música clásica y excelente profesor dedicado de pleno a su vocación universitaria, a la que dedicó el 100% de su actividad desde que en los primeros años 70 del siglo pasado comenzó a dar clases de Urbanismo como Profesor Adjunto de Cátedra en la Escuela de Arquitectura, por aquel entonces sucursal de la Escuela de Madrid y bajo el paraguas de la Universidad de La Laguna.
A mediados de esa misma década fundó el Departamento de Urbanismo de la Escuela de Arquitectura en el que nos integramos desde el principio como alumnos colaboradores y posteriormente como profesores hasta la jubilación. Recién iniciada la década de los 80 se convirtió, por oposición convocada al efecto, en Catedrático de Universidad, y siempre estuvimos muy próximos a Eduardo, de quien aprendimos mucho debido a su experiencia, curiosidad e inquietud con todo lo que tenía que ver con el fenómeno urbano.
Participó muy activamente en la creación de la Universidad Politécnica de Las Palmas y fue Vicerrector de esta en las primeras elecciones de su historia donde acudía como Rector Francisco Rubio Royo, que posteriormente por una gran reivindicación social y del equipo rectoral iniciada en 1987 se convirtió en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria en 1989, abriendo sus puertas al libre desarrollo de titulaciones.
Desde la dirección del Departamento, que más tarde se llamó de Arte, Ciudad y Territorio, impulsó de forma pionera las relaciones internacionales con otras Escuelas de Arquitectura europeas entre las que caben destacar las de Venecia y de Turín en Italia, o la Bartlett School de Londres y la Oxford Brookes University en el Reino Unido.
Autor de libros, como La formación urbana de Las Palmas, y artículos especializados, también fue el impulsor de la creación de la revista Cartas Urbanas que durante años fue exponente de calidad de la sección departamental de Urbanismo, y reflejo de la gran actividad desarrollada en la organización de congresos de urbanismo y paisaje internacionales con la participación de los mejores profesores y profesionales del mundo entero.
De su trabajo profesional cabe recordar y destacar los proyectos realizados en colaboración con César Manrique en Lanzarote como el Mirador del Río, los Jameos del Agua, o el Restaurante El Diablo de Timanfaya. Igualmente, el edificio Coravi, junto al Corte Inglés en la Avenida de Mesa y López, por el interesante juego volumétrico que plantea, o la redacción del Plan General de Ordenación Urbana de Las Palmas de Gran Canaria de 1986.
Fruto de su dedicación a la docencia y la investigación, y al interés en la formación de profesores doctores altamente cualificados y comprometidos con la actividad del Departamento, de la Escuela y de la Universidad, se hizo merecedor de la primera medalla de oro del Departamento como reconocimiento a su trayectoria y logros conseguidos.
En este momento tan difícil, vaya por delante nuestro cariño y agradecimiento por cuanto nos ayudó y significó, a la vez que extendemos nuestras más sinceras condolencias a Rosa María y sus hijos, a toda su familia en general y a todos sus seres queridos y amigos. Que encuentren consuelo en los recuerdos compartidos y en el afecto que Eduardo siempre brindó a quienes le conocieron a fondo y tuvieron la fortuna de estar a su lado.