Los cánceres más frecuentemente diagnosticados en España en 2025 serán, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), los de colon y recto (44.573 nuevos casos), mama (37.682), pulmón (34.506), próstata (32.188). Este último es el tumor más frecuente entre los hombres.
Este cáncer se desarrolla en la glándula prostática, ubicada debajo de la vejiga. Se debe a un crecimiento anormal de células que, en muchos casos, avanza lentamente, lo que permite un diagnóstico precoz y eficaz. La forma más común es el adenocarcinoma, que nace en las células encargadas de producir el líquido prostático.
Con la edad, es habitual que la próstata aumente de tamaño. Este agrandamiento benigno- hiperplasia benigna de próstata o HBP- no es cáncer, pero puede confundirse por sus síntomas. Por eso, ante cualquier molestia, consultar al urólogo es esencial.
“El cáncer de próstata es curable si se detecta a tiempo”, afirma el doctor Juan Ignacio Martínez-Salamanca, jefe asociado del equipo de Urología del Hospital Ruber Internacional.
El envejecimiento poblacional y una mayor concienciación, ha provocado un aumento de la incidencia. También por los diagnósticos precoces. “El uso del PSA y las nuevas técnicas de imagen permiten detectar tumores en fases iniciales, cuando los tratamientos son menos invasivos y más eficaces”, añade el especialista.
Células cancerosas de próstata. / EPE
La prevención del cáncer de próstata comienza a los 45 años
Se recomiendan controles a partir de los 50 años, o desde los 45 si hay antecedentes familiares. En casos con mutaciones genéticas como el BRCA2, las revisiones deben iniciarse incluso antes, a los 40 años. El doctor Antonio Allona, jefe del Servicio de Urología, señala que los principales factores de riesgo son la edad, antecedentes familiares, mutaciones genéticas y el origen étnico, más frecuentes en varones afrodescendientes.
“La resonancia magnética multiparamétrica, previa a la biopsia, mejora la precisión y reduce procedimientos innecesarios”, afirma el doctor Martínez-Salamanca, “La biopsia ha evolucionado mucho: ahora utilizamos fusión de imágenes, entre resonancia y ecografía en tiempo real, con vía transperineal, más segura y con menos infecciones”, recalca.
Además, la inteligencia artificial empieza a tener un papel clave en la interpretación de imágenes, identificación de lesiones y estimación del riesgo, haciendo posible una medicina personalizada, reconoce el doctor Allona.
¿Cuáles son los factores de riesgo del cáncer de próstata?
- Edad. El riesgo para padecer cáncer de próstata aumenta a partir de los 50-60 años entre los hombres de raza blanca. Pero esa horquilla de edad desciende hasta los 40 años en el caso de hombres de raza negra o con antecedentes familiares.
- Raza. Como ya hemos comentado, el cáncer de próstata es más frecuente en hombres de raza negra y tienen peor pronóstico y menos frecuente en países asiáticos.
- Historia familiar y factores genéticos. Se cree que hasta el 10% de los casos de cáncer de próstata tienen un componente genético. Aquellos hombres que tienen un familiar de primer grado diagnosticado con esta enfermedad son los que mayor proabilidades tienen de desarrollar la misma patología en el futuro. E incluso a partir de los 35 años de edad.

Ilustración médica para entender el tacto rectal como proueba para detectar el cáncer de próstata / Fuente: INstituto Nacional del Cáncer
Cirugía robótica y tratamientos personalizados
La cirugía robótica es otro hito que ha marcado un antes y un después en el abordaje del cáncer de próstata: mayor precisión, menor sangrado, mejor recuperación y mayor preservación de funciones. Pero, como insiste el doctor Allona, “la experiencia del cirujano sigue siendo fundamental”.
“También se desarrollan terapias focales como HIFU, crioterapia o IRE, y tratamientos hormonales de nueva generación, inmunoterapia y terapias dirigidas, en función del perfil genómico del paciente. Para casos de bajo riesgo, se propone vigilancia activa, siempre con seguimiento riguroso”, subraya el doctor Martínez-Salamanca.
La preocupación por la vida sexual y urinaria es común. Los avances técnicos han mejorado mucho este aspecto, priorizando la preservación de estructuras clave y ofreciendo rehabilitación funcional cuando se requiere. El acompañamiento emocional también es esencial. “Desde el diagnóstico, debe existir apoyo psicológico y un enfoque integral del bienestar”, añaden los urólogos.
“Muchos hombres aún no están bien informados. Persisten los tabúes. A veces es el miedo, otras el pudor o la falta de conciencia lo que retrasa la visita al urólogo”, señala. “La prevención puede salvar vidas. Ir al urólogo es un acto de responsabilidad. Tenemos herramientas eficaces para el diagnóstico y el tratamiento, sin perder calidad de vida. Revísate, infórmate y cuídate.”