El director de un colegio privado de la provincia de Valencia ha decidido prohibir todos los dispositivos electrónicos en el centro después de que unos estudiantes de 9 años vieran porno con una tablet en el aula. Los hechos han provocado una oleada de malestar entre las familias y aunque se tratara solo de unos pocos alumnos dirigieron un comunicado firmado por 240 padres y madres para reclamar medidas al respecto que no tardaron en llegar.
Fuentes del centro explican a Levante-EMV que su metodología está completamente alejada de las pantallas y que de hecho, su uso es muy residual, solo en casos excepcionales. Así sucedió en una clase de Primaria cuyo docente decidió utilizar unas tablets guardadas en un armario para apoyarse en la clase, momento en que un grupo de 9 años buscó este contenido pornográfico en el aula y además en horario lectivo. La madre de una alumna y miembro de la plataforma «No más pantallas» quita hierro al asunto y dice que se trata de un caso «completamente aislado». Es más, explica que «mi hija va a esa clase y ni siquiera se enteró. Es la primera vez que usaban una tablet en el aula», asevera a este periódico.
Acceso a internet y al porno
Nuria Sáenz, ginecóloga y activista contra el uso de las pantallas en la infancia, explica que lo que más le preocupa en este caso es el uso indiscriminado de las tablets que muchos niños y niñas pueden tener en su casa. «Nosotros tenemos una y se la dejamos usar muy pocas horas a la semana, además con unos controles que nos avisan en todo momento de en qué página está navegando», razona.
Para Sáenz, el problema son más los padres que el centro escolar. «Los padres que dicen que sus hijos no ven porno son como los padres de los 90 que decían ‘mi hijo no bebe’. Lo hacen a escondidas», asegura. De hecho explica que el primer contacto con el porno de la mayoría de niños y niñas es a los 8 años, y precisamente por estos dispositivos electrónicos sin límite de acceso, de ahí la importancia -en opinión de Sáenz- de retrasarlo lo máximo posible. Y la mayoría de veces el primer contacto es sin siquiera buscarlo. De hecho un estudio reciente de Save The Children explica que es el caso de siete de cada 10 jóvenes.
Este mismo estudio critica que sólo 1 de cada 4 niños y niñas tienen límite de horas para el uso del móvil. Las asociaciones de directores y docentes de Primaria llevan años advirtiendo de que cada vez más niños de 8 y 9 años tienen un teléfono móvil con acceso a internet y que, aunque lo llevan apagado en horas de clase, está aumentando la conflictividad en las aulas, sobre todo a raíz de lo que pasa fuera en los chats y redes sociales.
El ejemplo en casa
Aunque Conselleria de Educación prohibió el uso de teléfonos móviles en las aulas hace ya un año el debate ahora es otro. Como explica Sáenz, miembro de No mas Pantallas, son los padres los que deben estar pendientes y evitar al máximo el contacto con estos dispositivos en la infancia, sobre todo si no tienen ningún tipo de límite.
Según datos de la Encuesta sobre equipamiento y uso de tecnologías de información y comunicación en los hogares elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) el año pasado, el 69,8 % de los niños y adolescentes valencianos de entre 10 y 15 años posee un teléfono móvil. Más del 90 % de ellos tiene acceso a internet. Y eso que no se recomienda el uso de teléfono móvil en menores de 16 años.
Conselleria de Educación adelantó recientemente unos datos al respecto sobre una encuesta para 90.000 alumnos. Aunque no son definitivos, sí que revelan que la prohibición de los teléfonos en el aula ha reducido muy significativamente los casos de ciberacoso en los centros educativos.
Tres veces más tiempo en internet
Un estudio elaborado por la empresa de ciberseguridad Kaspersky asegura que los menores valencianos han triplicado el tiempo que dedican a internet en los últimos años. En 2010 se pasaban una hora diaria delante de pantallas, y en 2020 lo más normal era gastar más de tres horas navegando. Un tiempo que, en la percepción de los padres encuestados, es menor
Además, el informe revela que el comportamiento de los padres es fundamental en esto, ya que, cuando el 80 % de los padres pasa menos de dos horas al día con dispositivos, sus hijos también lo hacen. Pero si los adultos los utilizan más de dos horas diarias, los menores son igual de propensos a hacer lo mismo. Por ello, según el estudio «los padres son el mejor ejemplo para establecer y cumplir límites de tiempo en navegación».
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